LA
SITUACIÓN EN EL PAÍS VASCO
Lista
de espera para entrar en ETA
Retrato
de los 11 jóvenes detenidos por la Guardia Civil en San Sebastián
acusados de incendiar 20 cajeros y 10 autobuses
PABLO
ORDAZ |
Madrid
Uno
de ellos tiene 17 años y ya era jefe de un grupo: decía dónde
y cuándo había que quemar un autobús. Otro, con 19,
llevaba desde los 15 destrozando cabinas telefónicas y cajeros automáticos.
A dos más, David Ponce Burgos e Íñigo Aguirre García,
los detuvieron el sábado pasado cuando ya tenían las capuchas
puestas y acababan de romper los cristales de un autobús de San
Sebastián para rociarlo con gasolina. De los 11 detenidos, sólo
uno llegó a matricularse en la universidad, pero lleva tres años
sin aprobar primero de Derecho. La mayoría tiene dificultades para
escribir correctamente. A otro, el guardia civil que lo interrogaba le
preguntó:
-¿Quiénes
son tus compañeros? Dime los nombres de los que iban contigo a quemar
autobuses.
El
detenido delató sin aparente vergüenza a tres de sus amigos.
La Guardia Civil fue a detenerlos y registró sus domicilios. Los
agentes se dieron cuenta enseguida de que algo no cuadraba. Aun así,
les pusieron las esposas y los interrogaron. Aquellos chavales les contaron
que, efectivamente, un día fueron amigos del detenido, pero que,
al saber de sus coqueteos con la violencia, le dieron a elegir: 'O la lucha
callejera o nosotros'. No le volvieron a ver el pelo, pero el otro día
les mandó a los guardias. 'Lo hizo', explica el agente que lo interrogó,
'para despistarnos y que sus verdaderos compinches tuvieran tiempo para
huir'. 'Es una sangre fría', asegura el jefe de uno de los grupos
de Información de la Guardia Civil, 'que no la he visto ni en etarras
hechos y derechos'.
Que
fueran agentes de la Guardia Civil y no de la Ertzaintza -responsable de
la seguridad ciudadana en Euskadi- quienes detuvieran a los 11 jóvenes
tiene su por qué. 'Estamos convencidos', explica un oficial de Información,
'de que el futuro de la lucha antiterrorista se tiene que centrar en Francia
y en la kale borroka (lucha callejera). Hay que tener en cuenta
que la edad de incorporación a ETA ha bajado sensiblemente. Antes
querían jóvenes entre 25 y 35 años, gente que supiera
desenvolverse en la vida, pero ahora la edad de incorporación es
cada vez más baja. Sabemos de algunos que con 19 ó 20 años
ya están en Francia en los grupos de reserva, a punto de pasar a
España e integrarse en un comando. Hay un dato que tenemos
clarísimo: el 80% de los terroristas de ETA procede de la violencia
callejera'.
Hay
otro dato que preocupa enormemente. Los jóvenes detenidos esta semana
tienen -salvo alguna excepción- un común denominador: fueron
captados cuando tenían 12 ó 13 años, adoctrinados
concienzudamente, sometidos a una serie de pruebas... 'Todos nos han contado
lo mismo', explica un agente, 'que un día alguien les dijo: esta
noche tienes que estar a tal hora en tal sitio, que allí les entregaron
una capucha y un par de cócteles mólotov y que luego
se emborracharon en una herriko taberna mientras comentaban su hazaña.
Los hacen sentirse héroes. Son como una secta. Cuando quieren darse
cuenta, ya no existe otro mundo. Unos proceden de familias radicales que
los alientan, pero otros muchos son hijos de maquetos que quieren hacer
méritos. No le exagero: hay lista de espera para entrar en ETA'. |