El País Digital
Jueves
26 noviembre
1998 - Nº 937

El Ejército chileno recibe la decisión de los lores con "frustración, indignación e inquietud"

Desesperación entre los seguidores del ex dictador, que amenazan al Reino Unido y a España


La policía chilena disolvió ayer a manifestantes que
celebraban en Santiago la decisión de los lores (Ap).
FRANCESC RELEA / ENVIADO ESPECIAL, Santiago
Desolación y rabia en las filas del pinochetismo; alegría y esperanza entre los familiares de las víctimas de la dictadura. Los chilenos acogieron el fallo de los lores divididos frontalmente, sin medias tintas, como en el plebiscito de 1988, cuando el país quedó fracturado entre los partidarios del y el no al general Augusto Pinochet Ugarte. En medio, el presidente de la República, Eduardo Frei, convocó ayer por la tarde al Consejo de Seguridad Nacional, organismo del que forman parte los militares y que sólo se reúne en situaciones de grave crisis, y anunció inmediatamente que el Gobierno no cederá en su lucha por convencer al mundo de que Pinochet goza de inmunidad y que sólo puede ser juzgado en Chile.

El ministro de Exteriores, José Miguel Insulza, viaja hoy a Londres y Madrid para quemar el último cartucho que le queda al Ejecutivo.

El Ejército reaccionó con dureza. En un comunicado emitido poco después de conocerse la decisión de los lores en Londres, las Fuerzas Armadas chilenas señalaron que "el fallo ha causado en toda la familia militar una profunda frustración, indignación e inquietud". En su nota, la cúpula militar aludió, sin citarles, a los parlamentarios socialistas Isabel Allende y Juan Pablo Letelier, que durante las últimas semanas han realizado gestiones en Londres en favor del procesamiento de Pinochet. "Resulta incomprensible que esta situación haya sido promovida y alentada por algunos chilenos que no han escatimado esfuerzos en el extranjero para provocar una situación que podría alterar la convivencia nacional y las relaciones con otros Estados". Con anterioridad, la Marina había emitido otro comunicado, en el que tras lamentar el fallo británico, dio cuenta de que "evalúa el escenario creado, para adoptar las medidas más convenientes".

Los seguidores del ex dictador recibieron como una puñalada el fallo de los lores y se comportaron como una bestia malherida. Las escenas que se vivieron ayer en la sede de la Fundación Augusto Pinochet fueron un indicio de la actitud que está dispuesta a mantener a partir de ahora la derecha más intransigente. De los gritos e insultos contra el Reino Unido y España, se pasó a las amenazas, que desembocaron en abiertas agresiones a varios periodistas, especialmente reporteros gráficos y cámaras de televisión.

Mujeres y hombres que pedían a gritos acudir a La Moneda, a las embajadas española y británica y "a quemar algo" ofrecían un ejemplo de la impotencia que sentían los seguidores del ex general tras el fatídico veredicto.

No podían recibir peor regalo en el 83 cumpleaños de su caudillo. La gran torta de milhojas y manjar (dulce de leche) preparada para la que se preveía la gran fiesta quedó arrinconada en una de las salas de la sede pinochetista.

La residencia del embajador de España, Juan Manuel Egea, estaba fuertemente custodiada por efectivos de los carabineros. Ello no impidió que algunos centenares de exaltados pinochetistas se manifestaran con las peores intenciones. Fueron disueltos con camiones cisterna antidisturbios.

"Izurieta , saca la bayoneta", "Con los huesos de Allende haremos un gran puente por donde pasarán Pinochet y sus valientes", "Frei, deja de viajar y preocúpate un poco de mi general", eran las consignas más coreadas por las huestes pinochetistas minutos antes del veredicto de Londres.

Los líderes de la derecha más recalcitrante no ayudan precisamente a reducir la tensión. Mónica Madariaga, ex ministra de Justicia de Pinochet, dijo textualmente: "Ya no son amigos de Chile. El consorcio español ya no puede venderle submarinos a nuestro país", en referencia a la venta, ya cerrada, de dos naves a punto de ser entregadas a la Marina chilena por parte de un consorcio hispano-francés.

En la sede de la Fundación Pinochet compareció el hijo del general, Augusto, quien con rostro demudado hizo una declaración de contenido indescriptible tanto por el tono como por la forma. Gritaba más que hablaba: "Nunca nos han ganado. ¡Nunca!". Y pidió al presidente Frei que "se empeñe en algo que ha estado realizando, pero que no hemos visto resultados".

Cerca de 30 personas fueron detenidas ayer por la tarde por la policía en diversas manifestaciones que celebraban o repudiaban el fallo contrario a Pinochet, informa Manuel Délano. Los incidentes comenzaron cuando unas 2.000 personas interrumpieron el tránsito en la principal avenida de Santiago y fueron disueltos por la policía militarizada de carabineros con chorros de agua.

Entre tanto, otras 10 personas fueron detenidas por carabineros en las cercanías de la residencia del embajador de España en Santiago cuando se manifestaban contra el fallo de los lores.

Chile envía una misión a Londres para impugnar la extradición

F. R., Santiago
El secretario general de la Presidencia, John Biehl, había declarado horas antes del veredicto de la Cámara de los Lores que un fallo adverso a Augusto Pinochet "sería una monstruosidad". La "monstruosidad" se produjo a las dos de la tarde en Londres, y en Santiago, que eran las 11 de la mañana, el Gobierno reaccionó con celeridad. Consciente del estado de ánimo reinante en las filas de la derecha pinochetista y en las Fuerzas Armadas, el presidente Eduardo Frei se dirigió al país para comprometer al Gobierno en un eslabón más en su apoyo a la inmunidad del hoy senador Pinochet. "El fallo no nos hará cambiar. Acudiremos a todas las instancias que sean necesarias", anunció Frei en tono solemne.

Para empezar, el Gobierno presenta hoy ante el ministro del Interior británico un escrito, preparado desde hace días, para impugnar la petición de extradición a España de Pinochet. En paralelo, el ministro de Exteriores, José Miguel Insulza, viaja al frente de una delegación para tratar de convencer a las autoridades británicas y españolas para apelar a razones humanitarias y rescatar a Pinochet.

Es la única vía que le queda al Gobierno chileno, porque la judicial quedó cerrada definitivamente con el veredicto de los lores. Frei subrayó que "éste no es el fin de un proceso", ya que "quedan más etapas en las que el Gobierno hará valer su posición". Admitió implícitamente las fuertes presiones de la derecha pinochetista -"sabemos que se exigirán medidas de la más variada naturaleza"- y no descartó la adopción de "otras iniciativas en el momento que estimemos oportuno", lo que dio pie a especular eventuales acciones contra el Reino Unido y España.

Reunión de la cúpula militar

Poco después de la declaración de Frei, fuentes del palacio de la Moneda anunciaron la convocatoria por parte del presidente del Consejo de Seguridad Nacional (Cosena), que reúne, entre otros, a los comandantes jefe de las Fuerzas Armadas y de los Carabineros. Dicho organismo, herencia de la dictadura, ya fue convocado hace dos semanas, y en aquella ocasión el comandante jefe del Ejército, Ricardo Izurieta puso sobre la mesa una serie de recomendaciones en nombre de los uniformados, ante un eventual fallo desfavorable a Pinochet.

Pidió en concreto el envío de una comisión de alto nivel presidida por el ministro del Interior a Londres y Madrid y que se declarara persona non grata a los embajadores español y británico. Frei fue tajante cuando afirmó: "No aceptaremos presiones de grupos cuyas acciones sólo han contribuido a agravar la situación". Reconoció que "este fallo puede traer reacciones precipitadas en algunos sectores del país" y apeló al "comportamiento responsable y serio de nuestras instituciones" y "a evitar provocaciones". "La estabilidad es una de nuestras mayores fortalezas como nación", agregó.

© Copyright DIARIO EL PAIS, S.A. - Miguel Yuste 40, 28037 Madrid