El País Digital
Miércoles
3 febrero
1999 - Nº 1006

Alemán se sube el sueldo un 30% mientras el país sigue devastado por el 'Mitch'

El presidente oculta los aumentos salariales de altos cargos para pedir más dinero al FMI

FERNANDO GOITIA, Managua
Para el presidente de Nicaragua, el liberal Arnoldo Alemán, "es más duro estar sentado en una oficina más de diez u once horas y tener 21.000 o 500.000 personas a tu cargo que llegar a sesiones los martes, miércoles y jueves". Esta reciente comparación entre la labor de un ministro (el primer caso) y la de un diputado (el segundo) obedece al recelo con que algunos miembros de la Asamblea Nacional recibieron la noticia del aumento en 1.200 dólares (170.000 pesetas) del salario de los ministros. Alemán se subió el suyo un 30%: hasta 13.000 dólares al mes (1.900.000 pesetas), en un país devastado todavía por el Mitch.

Los diputados, para compensar, recibieron un incremento de 1.000 dólares en sus salarios, alrededor de un 33% de su sueldo anterior.

Alemán, sin embargo, no hizo comentario alguno sobre la dureza del sillón presidencial ni sobre el aumento de 3.000 dólares en su salario que, para este año, prevé el proyecto de Presupuesto General de la República de 1999, cuya aprobación ha retrasado el huracán Mitch. A falta de la aprobación definitiva por los diputados, el Gobierno nicaragüense está ya aplicando el nuevo presupuesto en todas sus partidas, incluyendo la de salarios.

Con los aumentos señalados, Alemán pasa a ganar alrededor de 13.000 dólares, los ministros más de 10.000 dólares y los diputados casi 4.000 dólares, además de partidas para proyección social, gastos para viajes nacionales e internacionales, gastos de representación, pagos de teléfonos móviles, vehículo asignado, conductor y combustible (esto último en el caso de los miembros del gabinete).

Todo ello en el segundo país más pobre de América Latina, cuya deuda externa alcanza los 6.500 millones de dólares, que hace escasos tres meses sufrió pérdidas superiores a los 2.000 millones de dólares por efecto del huracán Mitch, cuyo presupuesto nacional no superó el pasado año los 800 millones de dólares y donde el fantasma del desempleo acosa al 60% de la población activa.

En este contexto, y debido a "los primeros efectos del paso del huracán Mitch en el desarrollo del programa económico del Ejecutivo", el Gobierno de Nicaragua solicitó recientemente al Fondo Monetario Internacional un aumento de recursos para este país centroamericano.

La petición, realizada a través de una carta dirigida a Michel Camdessus, director gerente del FMI, firmada por Noel Ramírez, presidente del Banco Central de Nicaragua y Esteban Duquestrada, ministro de Hacienda, señalaba la suspensión de cualquier incremento salarial en el sector público. "A excepción de los ajustes salariales pendientes para los maestros, trabajadores de la Salud y policías en 1998-1999, ningún otro incremento general o sectorial será otorgado a los sueldos y salarios del Gobierno durante 1999".

Críticas del arzobispo

Y mientras gobernantes y legisladores se enzarzan en declaraciones políticas sobre quién trabaja más, y justificaciones sobre los incrementos salariales, algunos sectores de la sociedad civil, como la Iglesia Católica, a través del arzobispo de Managua, Eddy Montenegro, critica a los funcionarios públicos por el aumento de sus salarios, Arnoldo Alemán incluido, y les sugiere que: "Si hay dinero para aumentar de salario a las autoridades, por qué no aumentarle a todos los trabajadores de esas instituciones del Estado, cuando todavía vemos sueldos de 500 o 600 córdobas al mes [45 a 54 dólares]".

Todas estas situaciones no contribuyen precisamente a levantar la popularidad del Gobierno del liberal Arnoldo Alemán, elegido por los centroamericanos, según una encuesta reciente de CID-Gallup, como el peor mandatario de Centroamérica.

Tampoco ayuda mucho a limpiar su imagen internacional: según un estudio elaborado por la organización alemana Transparencia Internacional, Nicaragua ocupa, a juicio de la opinión pública internacional, el cuarto lugar de países más corruptos de un total de 65.

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