El País Digital
Martes
2 febrero
1999 - Nº 1005

El Gobierno levantará otra valla en Ceuta porque la actual no frena a los inmigrantes

La impermeabilización de la frontera iniciada hace cinco años ha costado ya 5.680 millones

MIGUEL GONZÁLEZ, Madrid
Una frágil valla de alambre de 2,5 metros de altura no basta para detener la creciente ola de inmigrantes ilegales que recorre media África para llegar ante Ceuta, puerta de entrada al paraíso europeo. Cinco años y 5.680 millones de pesetas después de su inicio, las obras de impermeabilización de la frontera con Marruecos no sólo no tienen plazo de finalización ni presupuesto definitivo, sino que se enfrentan ya a su primera reforma. La valla exterior será derribada en breve para sustituirla por otra de acero galvanizado, que se elevará 3,10 metros y será reforzada con una alambrada de espino.


Un guardia civil vigila, en agosto, la frontera de
Ceuta con Marruecos, recorrida por una doble
valla, una acera y una carretera (AP).
Los casi 2.000 subsaharianos que se hacinan en el campamento de Calamocarro, con capacidad para 500 personas, son la prueba palpable de que las obras de impermeabilización de la frontera de Ceuta con Marruecos constituyen un fiasco sin paliativos. Aunque nunca se había dado tal concentración de inmigrantes ilegales y su precaria situación es una fuente permanente de conflictos (Calamocarro resultó arrasado en diciembre por un incendio), el delegado del Gobierno, Luis Vicente Moro, ha anunciado que no serán evacuados hasta asegurarse de que la valla que rodea la plaza española ha dejado de ser un coladero.

Las obras de impermeabilización de los 8,3 kilómetros de frontera fueron adjudicadas en noviembre de 1993 a la empresa Cubiertas y MZOV (hoy fusionada con Entrecanales en NECSO), por 3.500 millones de pesetas. Tras sucesivas ampliaciones y prórrogas, las inversiones suman ya 5.680 millones de pesetas y fuentes oficiales dan por hecho que sobrepasarán los 6.000.

Sin estudio geológico

Aunque ya están concluidas las dos vallas que rodean el perímetro fronterizo, la acera de 2,5 metros que las separa , la carretera de circunvalación por la que patrullan la Guardia Civil y el Ejército y la red de focos halógenos, sensores volumétricos y cámaras de vídeo, todavía no hay fecha para su entrega definitiva a la Administración.

La obra no podrá recepcionarse hasta que se reparen los daños producidos el año pasado por las lluvias, que arrasaron al menos 200 metros de carretera y valla. ¿La causa? Cuando se diseñó tan costosa obra no se tomó la precaución de realizar un estudio geológico, según admiten las fuentes consultadas, para prevenir la posibilidad de desprendimientos.

La reparación sería relativamente sencilla si los expertos no temieran que los desplazamientos de tierra hayan dañado seriamente el cableado subterráneo de fibra óptica que permite funcionar a sensores y cámaras.

Por tanto, antes de reparar los desperfectos, habrá que comprobar el estado del sistema de vigilancia recién instalado y proponer soluciones (la más costosa, obviamente, sería levantar toda la acera para tender un nuevo cableado), además de reforzar los puntos más frágiles del perímetro fronterizo, para evitar que se repitan los desprendimientos.

Sin embargo, el Gobierno ha decidido posponer el arreglo de los daños para acometer con carácter urgente el reforzamiento del primer obstáculo físico con el que tropiezan los inmigrantes a su llegada a Ceuta: la doble valla de alambre. Fuentes de la Delegación del Gobierno admiten que es fácil romperla con unos alicates -de lo que dan fe sus incontables agujeros- y que no hay que ser un atleta para superar trepando sus 2,5 metros de altura.

Durante una visita de inspección a Melilla, en otoño pasado, Moro pudo comprobar que la valla construida en la ciudad vecina, cuya finalización está prevista para el verano, es más alta y resistente que la ceutí, pese a contar con un presupuesto muy inferior: unos 2.000 millones.

Los ministerios de Interior y Fomento han decidido aplicar en Ceuta las ventajas de la obra de Melilla. Para ello, la valla exterior de las dos que rodean la ciudad será derribada y en su lugar se construirá otra de material blindado y 3,10 metros de altura. Además, aunque se mantendrá la actual valla interior, ambas serán recubiertas con una malla de concertina o alambre espinoso.

La construcción de esta nueva valla, al contrario que la reparación de los daños, no constituye una mera ampliación o modificación del proyecto inicial. Se trata, desde el punto de vista administrativo, de una obra nueva, por lo que habrá que aprobar el correspondiente expediente por el procedimiento de urgencia.

El Gobierno ha encargado a la empresa pública de ingeniería Initec -la misma que actuó como consultora técnica para la valla de Melilla, realizada por Ferrovial- que en el plazo de 10 días presente un informe sobre las características de la obra, su presupuesto y plazo de ejecución, con el objetivo de que los trabajos se inicien en un mes..

Diferente orografía

Todo apunta a que, por razones de rapidez, NECSO será también la adjudicataria de la nueva valla. EL PAÍS intentó obtener una versión de la empresa sobre los problemas que hasta ahora han rodeado las obras, pero un portavoz se limitó a atribuirlos al "perfil geológico del terreno".

Según los expertos, la orografía de la frontera ceutí es mucho más complicada que la de Melilla, que contaba además con la ventaja de una carretera construida en los años ochenta.

Estas diferencias no justifican, sin embargo, errores de diseño, como la escasa altura y fragilidad de la valla o la falta de estudios geológicos, que fuentes de la Delegación del Gobierno achacan a la excesiva prolongación de las obras y a los numerosos cambios que se han producido en los responsables de la Administración.

La verja de Melilla obliga a las mafias a cambiar de ruta a los subsaharianos

JESÚS DUVA, Madrid
"El modelo es Melilla, donde tenemos la certeza de que la nueva valla que se está acabando de construir ha frenado la entrada de inmigrantes irregulares subsaharianos", al obligar a las mafias a cambiar sus rutas, afirma José Ramón Ónega, director general de Política Interior. La situación en esta ciudad ha cambiado radicalmente: mientras el 16 de diciembre de 1997 había 909 inmigrantes procedentes del África negra, un año después sólo hay la décima parte. Exactamente 98. El problema son ahora los 436 argelinos que supuestamente han logrado colocarse confundidos entre los más de 25.000 marroquíes que cruzan a diario desde la provincia de Nador a Melilla sin tener que pasar ningún trámite.

En febrero de 1998 había 152 inmigrantes subsaharianos irregulares en Melilla, pero las cifras habituales fueron cayendo en picado a partir del verano pasado, hasta situarse en septiembre en sólo 45, según las estadísticas del Ministerio del Interior. Las autoridades atribuyen este descenso, en buena parte, a la construcción de la nueva valla fronteriza. De forma paralela, las mafias que controlan el tráfico de seres humanos han comenzado a desviar sus redes hacia Ceuta, al advertir las crecientes dificultades que implica burlar los controles establecidos en el perímetro melillense.

Nuevos controles aduaneros

Mientras la verja aún no acabada ya ha servido supuestamente para frenar la irrupción de personas procedentes del África subsahariana en Melilla, no ocurre lo mismo con los argelinos. Si en diciembre de 1997 había 180 personas llegadas de Argelia, esa cifra se ha elevado hasta 436, siguiendo la tónica ascendente registrada a lo largo del año pasado.

La alta concentración de argelinos en Melilla contrasta con la situación que se da en Ceuta, donde a fecha de ayer se contabilizaban únicamente 80 inmigrantes de esta nacionalidad, junto a 1.855 subsaharianos.

Las autoridades españolas relacionan la incesante llegada de argelinos en situación irregular a Melilla con el hecho de que cada mañana entran en esta ciudad entre 25.000 y 30.000 marroquíes que horas después regresan a su país. El acceso de esta multitud, que provoca largas colas en la frontera, es presuntamente aprovechado por argelinos para colarse. El Ministerio del Interior tiene en proyecto construir nuevos puestos aduaneros en la frontera melillense -"porque los que hay ahora no son adecuados"- lo que permitirá agilizar los trámites y evitar que se formen las largas colas de la actualidad.

La práctica totalidad de los argelinos que llegan a Melilla solicitan asilo. Ónega asegura que "todas las peticiones se estudian caso a caso". Según el director de Política Interior, durante el último año se ha admitido a trámite la petición de unos 700 ciudadanos de Argelia en Melilla. Esto, según él, desmiente las acusaciones de diversas organizaciones no gubernamentales (ONG), que culpan al Gobierno de rechazar sistemáticamente las demandas.

Guardia Civil y Policía refuerzan sus efectivos

M.G., Madrid
Además de acometer obras urgentes para reforzar y concluir la valla que separa Ceuta de Marruecos, el Ministerio del Interior ha decidido un incremento notable de los efectivos de las Fuerzas de Seguridad del Estado en esa ciudad. Según ha anunciado el delegado del Gobierno, Luis Vicente Moro, la plantilla de la Guardia Civil, encargada de patrullar la frontera, aumentará en un 31%, pasando de 400 a 527 efectivos. Además, dos patrulleras de la Guardia Civil del Mar tendrán su base en el puerto ceutí, sumándose a la que actualmente opera desde Algeciras.

Por su parte, el Cuerpo Nacional de Policía, encargado de las tareas de seguridad ciudadana y lucha contra la inmigración ilegal, recibirá 36 nuevos agentes, que se suman a los tres subgrupos de la Unidad de Intervención Policial (UIP), con 50 miembros, asentados permanentemente en la ciudad desde la semana pasada. La plantilla total del cuerpo crecerá en un 28%, hasta llegar a 400 efectivos.

Sólo los gastos de personal derivados de este aumento implican 1.500 millones de pesetas al año, sin contar con los nuevos equipos, como visores nocturnos, con los que está previsto equiparlos.

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