El País Digital
Jueves 
30 septiembre 
1999 - Nº 1245
 
 
 

 

ESPAÑA
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El Rey: "Mi nieto es muy mono, muy grande" 

La familia real se cita en Barcelona para conocer al hijo de la Infanta e Iñaki Urdangarín 

M. L., Barcelona 
La familia real se dio cita ayer en Barcelona para conocer a Juan, el hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín, nacido a las dos y diez de la madrugada de ayer en la clínica Teknon de Barcelona. Don Juan Carlos, que había visitado por la mañana unas instalaciones del Ejército de Tierra en Madrid, llegó al centro sanitario para conocer a su nuevo nieto sobre las tres de la tarde y ante la prensa se excusó por su retraso: "He tenido mucho trabajo". Después, tras conocer a su segundo nieto, manifestó ante los periodistas: "El niño es muy mono, muy grande, pero no sé a quién de los dos se parece". 
 
El Rey a su llegada a la clínica (Efe).
Antes que el Rey había llegado a la clínica barcelonesa la infanta Elena, sola, con gafas negras y vestida con un entallado traje de chaqueta color burdeos. La Infanta llevaba un espectacular centro de flores para su sobrino y su hermana. Más tarde llegó el príncipe Felipe, quien fue muy aplaudido en la entrada de la clínica por familiares de pacientes y curiosos. La Reina ya estaba en la Teknon desde la una de la madrugada del miércoles y fuentes del centro señalaron que en todo ese tiempo no se había separado de la infanta Cristina en ningún momento.
 
 

El Rey fue recibido a su entrada a la Teknon por los aplausos de más de un centenar de curiosos, muchos de ellos jóvenes estudiantes de un instituto cercano, que se habían apostado a las puertas de la Teknon para, como tantos otros, disfrutar el desfile de caras conocidas.
 
 

Una hora después, don Juan Carlos abandonaba la clínica tras conocer a su nieto y no sin antes comentar a los medios de comunicación sus primeras impresiones sobre el pequeño Juan Urdangarín de Borbón. Tanto el niño, que pesó al nacer cuatro kilos y 30 gramos, como la madre estaban perfectamente, según explicó don Juan Carlos. "Es muy mono y muy grande, como los padres, pero no puedo decir a quién se parece. Creo que tiene un poco de los dos", dijo un exultante don Juan Carlos. El Rey había llegado a Barcelona a las tres de la tarde procedente de Villaverde (Madrid), donde por la mañana había estado visitando el Parque y Centro de Mantenimiento de Sistemas Acorazados número 1 del Ejército de Tierra. Aprovechando su visita, los mandos de la citada unidad entregaron al Rey un regalo para su nieto: unos diminutos patucos azules.
 
 

Charla con Clos
 
 

Antes de abandonar la clínica, el Rey mantuvo una animada charla ante la puerta de la clínica con el alcalde de Barcelona, el socialista Joan Clos, y con el consejero delegado de la Teknon, Robert Manson. La conversación, que se desarrolló íntegramente en inglés, trató sobre el parto y lo bien que había ido.
 
 

Cuando salió del centro médico, el alcalde Clos dio abundante información sobre cómo estaban las cosas en la habitación de doña Cristina. "La Infanta está descansando en estos momentos", señaló el alcalde, quien comentó que había estado reunido con los cuatro abuelos del niño y que todos estaban radiantes de alegría por el nacimiento del pequeño Juan. La familia de Iñaki Urdangarín -sus padres, Juan María y Claire Liebaert, y su hermana Ana- fue llegando a la clínica a lo largo de la mañana.
 
 

A las cinco de la tarde llegó el presidente de la Generalitat catalana, Jordi Pujol, acompañado de su esposa, Marta Ferrusola. Pujol declaró a la salida que habían estado conversando con los Reyes "como dos familias amigas". El matrimonio Pujol, a título personal, regaló un trajecito al nuevo miembro de la familia real. 

Cientos de ramos de flores, 50 kilos de harina y un carné del Barça

M. L., Barcelona 
La clínica Teknon fue escenario ayer de un desfile de ramos de flores, peluches, canastillas y mensajeros llevando telegramas de felicitación a los duques de Palma por el nacimiento de su primogénito. En la puerta, más de 300 periodistas montaban guardia para recoger imágenes de la familia real.
 
 

A mediodía, la acumulación de regalos hizo necesario habilitar dos salas para colocar los más de 60 centros florales que habían llegado durante la mañana. Entre los presentes más curiosos estaba una cinta grabada por los escolares del centro Santa Clara con mensajes de felicitación para la infanta y un saco con 50 kilos de harina para papillas elaborada en Cataluña.
 
 

El pequeño Juan Urdangarín de Borbón tendrá también otro regalo muy especial, según anunció el vicepresidente del FC Barcelona, Nicolau Casaus, quien dijo a su entrada a la clínica que "se hará al niño un carné del Barça", club donde juega al balonmano su padre, Iñaki Urdangarín.
 
 

La infanta pasó la mañana con las mujeres de las familias Borbón y Urdangarín: su madre, doña Sofía; su suegra, Claire Liebaert y su cuñada Ana, que vive en Barcelona y está muy unida a Iñaki. La Reina, con la ayuda de su hermana Irene de Grecia, se ha encargado personalmente de atender a su hija menor y de organizar las cosas en la habitación de la infanta, la 347. Todas almorzaron juntas en la Teknon y a última hora se les sumó el Rey, que apenas tuvo tiempo de tomar un bocado a causa de su apretada agenda.
 
 

Poco después de la una llegó el abuelo paterno, Juan María Urdangarín, presidente de la Caja Vital. El padre de Iñaki dijo que "el niño tiene algo de los dos abuelos". El pequeño Juan será apadrinado por Mikel Urdangarín y por la infanta Elena. El bautizo, presumiblemente, será en Madrid. Mikel Urdangarín declaró desde Vitoria: "No creo que sea un padrino ejemplar pero trataré de hacerlo lo mejor posible".