Domingo 29 agosto 1999 - Nº 1213 |
ESPAÑA
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Detenidos 91 magrebíes en cuatro barcazas al intentar alcanzar las costas de España Nueva oleada de pateras con inmigrantes hacia las costas de Andalucía y Canarias SANTIAGO F. FUERTES, Sevilla
La Guardia Civil informó también que en la tarde de ayer
actuó contra una patera con 27 inmigrantes marroquíes sin
documentación -entre ellos un niño de 12 años- que,
con el motor roto, flotaba a la deriva a ocho millas de la costa de Fuengirola
(Málaga). La Junta de Andalucía se ha hecho cargo del menor.
Este año se están concentrando las llegadas de inmigrantes
a bordo de pateras a finales del mes de agosto. Desde el pasado día
26, 151 personas han sido detenidas mientras intentaban arribar a las costas
españolas a bordo de sus frágiles embarcaciones. Estas cifras
son muy altas, pero sólo reflejan a los que no lo consiguen; una
parte de esta realidad. Otros muchos sí logran burlar al mar y a
la vigilancia costera. Los suficientes como para animar a otros miles.
Tanto las aguas del Atlántico como las del Estrecho de Gibraltar
no son lo que se dice fáciles de navegar. Especialmente cuando de
todo lo que se dispone es de una especie de barca de madera, bastante rudimentaria
y con más peso del que sería aconsejable. Por eso, el verano
facilita las cosas ya que el mar parece estar más calmado y anima
el coraje para un viaje casi imposible.
Los detenidos en estos casos son en un porcentaje cercano al 90% marroquíes
o argelinos. Los subsaharianos suelen optar por penetrar en Ceuta y Melilla
y esperar que una ONG se haga cargo de tramitar sus papeles.
Las zonas elegidas para hacerse a la mar desde Marruecos suelen estar
entre el Cabo Aguas y Beni-Enzar, en el caso de Melilla y con destino a
Almería. En las cercanías de Ceuta, los puntos más
frecuentes de salida están situados entre el Cabo Espartel y Belionech.
La ruta hacia las Canarias no es tan utilizada. El tamaño y la
lejanía entre el archipiélago y la Península son dos
factores que añaden vulnerabilidad al inmigrante sin papeles. Los
que llegan a Andalucía -si logran burlar la vigilancia fronteriza
y tras los pertinentes días escondidos en los pisos francos que
les facilita, a precio de oro macizo la red que les introdujo en España-
tienen la oportunidad de despistarse por un espacio infinitamente
mayor. Normalmente, su destino está en alguna explotación
agrícola española, pero también son numerosos los
magrebíes que intentan llegar a Francia u otro país de la
Unión Europea.
Recientemente, han cobrado relevancia informativa las llegadas de pateras
a Canarias. Sin embargo, la portavoz de la organización Algeciras
Acoge, Encarnación Márquez, discrepa de esta teoría
y asegura: "Los números confirman que los inmigrantes siguen llegando
a la zona del Campo de Gibraltar con la misma intensidad que lo venían
haciendo y lo mismo ocurre en Gran Canaria. En ningún momento creemos
que, tal y como se está diciendo en los últimos días,
se hayan cambiado las rutas de las mafias que organizan los traslados de
inmigrantes desde el norte de África hasta España", informa
Cándido Romaguera .
A un lado o a otro, lo que sí parece claro es que los que intentan
llegar ilegalmente a España por mar tienden a hacerlo en verano.
En los meses de invierno, las mafias reclutan a los candidatos y esperan
a la primavera para empezar a hacer los viajes.
El verano, sin embargo, también tiene sus problemas. Las noches son más claras y los vientos se suavizan, pero también las playas españolas están abarrotadas y es difícil llegar sin ser visto. Anteayer, por ejemplo, había luna llena. Una luz que hace muy visible a una embarcación casi imperceptible para el radar. Una luz de luna que ayudó a acabar con el sueño europeo de 91 personas. Drama en Barajas de una familia kurda a la espera de asilo F. J. BARROSO, Madrid
Los problemas se iniciaron el viernes cuando llegaron a la aduana de
Barajas. Los siete inmigrantes carecían de documentación,
por lo que fueron llevados a la zona de tránsito del aeropuerto.
Allí, según fuentes del aeródromo madrileño,
les atendió un asistente social y se avisó a un abogado del
turno especial de asilo para solicitar su entrada legal en España.
En esos momentos, la mujer comenzó a sufrir fuertes dolores en el
abdomen.
Un médico de Barajas atendió a la mujer y ordenó su traslado inmediato a un centro hospitalario, donde fuera tratada del cólico nefrítico que padecía. El marido se quedó al cuidado del hijo, junto al otro matrimonio y sus dos hijas (de dos y cuatro años). Éste solicitó a las autoridades españolas permiso para acudir a ver a su mujer al hospital de La Paz, pero le fue denegado, según informaron fuentes del caso. |
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