Martes 12 octubre 1999 - Nº 1257 |
CULTURA
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CRISTINA SÁNCHEZ • MATADORA DE TOROS "Desde que anuncié mi retirada no ha cambiado la actitud de los que me vetaron" LUIS MARTÍNEZ, Madrid
Hoy se despide de los ruedos. Y lo hace en Las Ventas. "Ha sido una
temporada muy rara. Al inicio, me vi fuera de las ferias de Castellón,
Valencia y ni siquiera en Madrid tuve hueco. Quedé relegada a torear
en plazas de tercera. Cada cosa tiene su tiempo y en su momento tuvo sentido
para mí anunciarme en estos ruedos. Sin embargo, después
de tantos esfuerzos... verte otra vez empezando... no. Así que mejor
irse. Ni profesional ni económicamente compensaba", dice en una
explicación ya casi protocolaria de su decisión. "Eso sí",
continúa, "lo que no quería era irme de cualquier manera.
Así que me cargué de moral y decidí echar para adelante".
Su paso al frente le hizo cambiar de apoderado y torear "15 o 17 corridas".
Una larga despedida a plazos que concluye esta tarde en el primer coso
del mundo. "Durante este tiempo me he podido dar cuenta de varias cosas:
el público está conmigo y las cosas no han cambiado nada
desde que anuncié que me iba". La última frase tiene por
destinatarios sus colegas de profesión. "Por un momento, pensé
que, después de anunciar la retirada, muchos cambiarían de
opinión y querrían torear conmigo. Pero no. No ha sido así.
Me he dado cuenta de que en este mundo muchas mentes están encajadas
y no aceptan que alguien llegue rompiendo moldes. No hay más que
lo que hay".
Sueños y realidad
Hace apenas unos meses, la misma evidencia hizo que Cristina arramblara
con todos los sueños de juventud. Sueños mimados en soledad
que hablaban de tardes de gloria. La madrileña, nacida en Parla
e hija del banderillero Antonio, dio por concluida una carrera que empezó
a fraguarse mucho antes de que con 14 años decidiera enfrentarse
a una becerra. Aún niña, robando tiempo a sus estudios y
sus trabajos de peluquera y auxiliar administrativa, Cristina se imaginó
vestida de luces. Entonces, sólo el viento embestía dócil
los requiebros de su imaginación. Luego, la realidad le tomó
la delantera a sus delirios y para ella fue una salida a hombros camino
de la calle de Alcalá. Era novillera y triunfaba en Madrid el 25
de julio de 1995. Más tarde, el mundo a sus pies, llegaría
la alternativa en Nimes el 24 de mayo del año siguiente. Curro Romero
se la otorgaba. Y todo ello, haciendo historia, acaparando titulares...
cosas de la épica.
En un chasquido, todo fuera. "Por primera vez en mi vida me sentí
hundida. Ahora, ya no. Ahora sé que todo sigue igual y que nada
puede cambiar", afirma para acto seguido preguntarse sin esperar respuesta:
"¿Resignación? Sólo un poco. Me voy satisfecha con
lo que he conseguido y lo que quiero es disfrutar lo más posible
de estos momentos. Disfrutar de lo que sé que es mío".
Cuando hoy cumpla el paseíllo en compañía de Fernando
Cepeda y Javier Conde, sobre ella, confiesa, "no pesará la responsabilidad
de la última vez. Es otro tipo de responsabilidad. Se trata de Las
Ventas". Llegados a este punto, Cristina Sánchez acude al granado
arsenal de frases hechas en el que un torero se reconoce como tal: "Madrid
es siempre Madrid. Lo único que deseo en un día como éste
es estar a altura de las circunstancias y cumplir con las exigencias de
la plaza".
Detrás queda la polémica, "el machismo" -como ella misma
dijo en su momento- de una fiesta de hombres y, en un rincón que
la hace saltar, otro tipo de recriminaciones. Ella fue acusada de vetar
a sus otras compañeras en activo. "Esto me interesa dejarlo claro.
Nunca he hecho tal cosa. Es más, cuando me lesioné la muñeca,
yo misma propuse que una compañera cubriese mi puesto. Perdí
15 o 20 corridas y ella, no voy a dar el nombre, toreó cinco o seis
de esos festejos".
Dicho lo cual, Cristina respira y se apresta a imaginar un futuro sin
toros: "Seguiré toreando en festivales. Eso no hay quien me lo quite.
Pero pocos. También es cierto que en mis planes está el formar
una familia y tener hijos. Si no llega a haber pasado lo que pasó,
hubiese aguantado tres o cuatro años más. Pero luego, me
hubiese retirado igual".
Visitado el futuro inmediato, detrás queda un pasado intenso
donde cristalizaron sueños de niña. "La vivencia del toro
me ha enseñado todo. Todo lo que tengo, casa, familia, amigos...
y lo que sé. Y esto ya no lo cambio por nada".
La corrida de hoy,
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