El País Digital
Lunes 
4 octubre 
1999 - Nº 1249
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
SOCIEDAD
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50.000 niños musulmanes que viven en España estudiarán islamismo en colegios públicos 

La comunidad islámica exige al Gobierno mecanismos para aplicar el acuerdo 

JUAN G. BEDOYA, Madrid 
Son unos 50.000 niños y necesitarán cientos de profesores, aunque de momento sólo hay disponibles unos 80. Los escolares musulmanes que deseen recibir lecciones de islamismo en los colegios públicos ya tienen garantizado ese derecho fundamental, consagrado en la Ley Orgánica de Libertad Religiosa, de 1980. Después de numerososs desencuentros, el Gobierno aceptó el pasado día 27 de septiembre una fórmula para cumplir ese mandato legal, ignorado hasta ahora y que permitía a las confesiones minoritarias acusar al Estado de no respetar la libertad religiosa y de culto. 
 
Una madre musulmana acompaña a su hijo
al colegio en Girona (P. Duran).
El artículo 2 de la Ley de Libertad Religiosa consagra el derecho de los españoles a recibir e impartir enseñanza e información religiosa de toda índole y "a elegir para sí y para los menores no emancipados e incapacitados, dentro y fuera del ámbito escolar, la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones". Judíos, protestantes y musulmanes son la tres confesiones religiosas que han sido declaradas de notorio arraigo en España y que tienen derecho legal, por tanto, al mismo trato que la Iglesia católica.
 
 

En España hay 500.000 musulmanes (sin contar a los inmigrantes sin papeles), unos 350.000 protestantes y 20.000 judíos, según los datos facilitados por las propias confesiones. Disponen de miles de lugares de culto y de organizaciones de asistencia social muy activas, pero hasta ahora no han logrado un trato igual a los católicos en asuntos como la enseñanza religiosa en los centros públicos. Tampoco reciben financiación de los presupuestos del Estado, como es el caso de la Iglesia católica, que en 1999 ingresará 21.000 millones por ese concepto.
 
 

Listas de demanda
 
 

El pasado 27 de septiembre tuvo lugar en el Ministerio de Educación y Ciencia, en Madrid, una reunión de la denominada Comisión Paritaria Estado-Islamistas, formada por representantes de la Administración y de la Comisión Islámica. Enfrente del director general de Asuntos Religiosos, Alberto de la Hera, y de su equipo negociador, formado por expertos de los ministerios de Justicia y de Educación, se sentaron, por parte de la Comisión Islámica, Mehdi Flores, secretario de organización de la Feeri (Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas), y Mansur Jerez y Abu Jamal en representación de la Ucide (Unión de Comunidades Islámicas de España). Se trata de las dos federaciones que agrupan a las comunidades islámicas legalizadas en el Ministerio de Justicia.
 
 

El punto principal del orden del día fue el inicio de las clases de religión musulmana en los centros públicos, pero la Comisión Islámica puso sobre la mesa sus lamentos por "el retraso de la Administración a la hora de proporcionar las listas de demanda de la religión islámica", dijo ayer el portavoz de los musulmanes españoles, Yusuf Fernández Ordóñez, un periodista asturiano de la revista Amanecer , que antes de su conversión al Islam, hace diez años, se llamaba Luis José.
 
 

"Este tema del derecho de los musulmanes a impartir la enseñanza de la religión islámica en centros públicos, en una posición de igualdad con las otras confesiones, entre ellas la católica, ha sido una constante reivindicación, pero se ha demorado por la falta de interés del Gobierno para poner en práctica esos derechos", explicó ayer Yusuf Fernández.
 
 

En España hay unos 50.000 niños musulmanes, según los cálculos de este portavoz. La mayor concentración está en las ciudades de Melilla, Ceuta y Madrid. Cataluña, Levante y Andalucía también tienen una importante población musulmana.
 
 

En Melilla hay unos 5.000 niños y jóvenes en edad escolar, pero el portavoz musulmán cree que, tras el inicio de las clases, las cifras irán creciendo. "No disponemos de datos muy precisos por la política obstruccionista de las autoridades educativas", explica Yusuf Fernández. Y pone un ejemplo para ilustrar sus quejas: los impresos de matriculación no tienen una casilla donde los niños puedan escoger la opción de la religión islámica, o la judía, o la protestante. "Calculamos que las listas que el Ministerio ha entregado a la Comisión Islámica recogen únicamente un tercio de la demanda real. En Cataluña, las autoridades educativas de la Generalitat no han colaborado tampoco en este tema y la demanda es también desconocida", afirma.
 
 

Para superar esa falta de información, las comunidades islámicas están haciendo un puerta a puerta entre sus miembros y los musulmanes en general para notificarles la posibilidad que tienen de elegir la opción de la religión islámica para sus hijos. Pero el portavoz dice que "este trabajo podría haberse evitado si la Administración hubiera colaborado apropiadamente en facilitar a los padres la información acerca de la posibilidad de dicha elección y de los mecanismos para hacerla efectiva".
 
 

Respecto a los profesores necesarios para cumplir la futura demanda, Yusuf Fernández calcula que serán unos 500. Pero comenzarán este año con unos 80. Y tienen un serio problema: el de la titulación. Algunos de los profesores presentados por las comunidades carecen de la titulación que el Ministerio exige y, además, muchos de ellos -que han cursado sus estudios en sus países de origen, principalmente Marruecos y Argelia- deben homologar sus carreras en el Ministerio de Educación y Ciencia. 

Profesores con un contrato de residencia

La reunión entre musulmanes y autoridades educativas, el pasado día 27 de septiembre, encontró una fórmula aceptable para ambas partes sobre cómo contratar a los centenares de profesores de islamismo que, en un futuro próximo, serán necesarios para atender a los miles de niños que, según la Comisión Islámica, reclamarán clases de su religión.
 
 

Será la citada Comisión Islámica de España la responsable de presentar una lista única de profesores, que habrán de disponer de la titulación adecuada, es decir un título de magisterio o de diplomado en cualquier carrera para poder ser contratados para dar clases de religión islámica en los centros de la enseñanza primaria, y de licenciado para los de secundaria.
 
 

Los profesores extranjeros han de disponer de un certificado de residencia por trabajo (no por otro motivo). La celebración del contrato de profesor de religión islámica no podrá en ningún caso servir para que el aspirante adquiera dicho certificado.
 
 

Para formalizar el contrato, el profesor deberá presentar el documento nacional de identidad o el certificado de residencia por trabajo, en el caso de ser extranjero, así como la titulación acreditativa compulsada.
 
 

El Ministerio de Educación ha expresado su disposición a ser flexible con respecto a los cupos de alumnos que son necesarios para la asignación de un profesor de religión islámica, así como para el cobro de los correspondientes salarios. Los centros deberán proporcionar, si se les solicita, una lista de alumnos interesados en recibir la clase de Islam.
 
 

Antes de fin de año una subcomisión de la Comisión Paritaria, formada por dos miembros del Ministerio de Educación y dos de la Comisión Islámica, tendrá redactado el proyecto definitivo de convenio, que deberá ser aprobado por el Ministerio de Educación y Ciencia. La primera reunión de esa subcomisión ya está fijada: el próximo día 18. 

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