El País Digital
Domingo
4 julio
1999 - Nº 1157

Vendo ensayo sobre Madame Bovary

Empresas estadounidenses ofrecen a los estudiantes a través de Internet trabajos e investigaciones de uso académico

GABRIELA CAÑAS , Madrid
"Nunca más he tenido que ir a la biblioteca. Ahora encuentro todo lo que necesito en Evil House of Cheat. ¡Sois estupendos! Os quiero. Christie". Ésta es una misiva recogida en la página web de Evil House of Cheat, algo así como la Endemoniada Casa del Engaño. Y lo que ofrece esta página que tanto entusiasma a Christie son ensayos. En total, más de 9.500 sobre casi cualquier asunto. Si un estudioso -o un estudiante- tiene que hacer un trabajo sobre Fidel Castro, la Guyana francesa o el desarrollo sostenible no tiene más que entrar en la cheathouse y comprarlo. El uso que el internauta haga del ensayo posteriormente es sólo responsabilidad suya. La cheathouse no se ha inventado el plagio; sólo lo pone más fácil y, además, negocia con él.

Al igual que esta empresa, otras muchas están naciendo en Estados Unidos creando un mercado que está en expansión. Una rápida búsqueda por Internet ofrece inmediatos resultados: Discount Paper Camp, Jungle Page, Planet Papers, The Essay Depot, Term Papers, Academic Term Papers, Research Papers Online, Danjay Systems... No son exactamente iguales, pero todas ofrecen productos similares: ensayos, tesis, investigaciones y "disertaciones". La mayoría se ofrecen en inglés y de forma inmediata. Aunque algunos de los productos son gratuitos, casi todos se venden según la extensión y el nivel vía tarjeta de crédito, aunque también se admiten cheques, por lo que se puede obtener el texto completo en pocos minutos. Luego basta con volcarlo en el procesador de textos de que disponga nuestro ordenador. Los viajes a la biblioteca pueden pasar a mejor vida. La molestia de copiar a mano ya lo ha hecho.

La búsqueda es sencilla. Una vez en la página web correspondiente, la empresa ofrecerá apartados: biografías, salud, historia, religión, ciencia, mitología... Una vez abierto el apartado, aparecerá un listado con los diferentes ensayos disponibles, "nunca antes puestos en circulación", según rezan en ocasiones. Los trabajos suelen ser anónimos, aunque aportan bibliografía y notas a pie de página.

La gran novedad de este servicio electrónico es su ya mencionada instantaneidad. La otra es que los trabajos vienen ya elaborados, ahorrando trabajo al que pretenda fusilarlos. "¿Necesita una investigación de calidad ahora mismo? Bien, está usted en la página web ideal. Jungle Page ofrece la mejor calidad de investigaciones... Aún no tenemos 15.000, pero nuestra base de datos está llena de investigaciones bien escritas, gramaticalmente correctas y estamos seguros de que le ayudarán a completar su propio trabajo fácilmente. Nuestras investigaciones no están elaboradas por estudiantes. Están escritas por nuestro equipo de escritores profesionales". JunglePage tiene una plantilla de cien trabajadores y los redactores de los trabajos son licenciados con especial interés por la escritura. Según explica Nima Moayedi, vicepresidenta de marketing de la empresa, sus clientes tienen entre 18 y 26 años y no pueden utilizar sus productos "tal cual". "Eso sería considerado como plagio, lo cual no toleraríamos", dice. "Nuestros trabajos deben utilizarse con fines investigativos y para ayudar a los estudiantes a elaborar sus ensayos".

Muchas de estas páginas ofrecen también productos a la carta; de encargo. Lo que antes se conocía como "contratar a un negro" es también una práctica de Internet. En Research Papers Online, "una pequeña empresa todavía", según se define a sí misma, lo explican telefónicamente con sencillez. "Nos suele llamar gente mayor que quiere investigar algo o está haciendo un doctorado. Nos piden lo que necesitan y nuestro equipo lo prepara. No hace falta que se nos cite".

El precio dependerá del encargo. Para hacerse una idea, esta misma empresa ofrece una biografía de Arthur Miller de siete páginas por 34,65 dólares (unas 5.500 pesetas). Un estudio comparado entre Emma Bovary, de Flaubert, y Stephen Dedalus, en Retrato de un artista adolescente, de James Joyce, cuesta 64,35 dólares (más de 10.000 pesetas). La media es de 4,95 dólares por página (menos de 800 pesetas). El trabajo será enviado al cliente por correo electrónico y se asegura que la forma de enviar el número de la tarjeta de crédito es completamente segura. La confidencialidad está también, por supuesto, garantizada.

Jungle Page también ofrece trabajos por encargo. La primera página tiene un precio y cada página adicional, otro. Si su encargo requiere bibliografía, el precio subirá, al igual que si necesita notas a pie de página. La urgencia encarecerá el producto. Pero su trabajo lo recibirá en un plazo de cinco días.

Este próspero mercado, que en Estados Unidos ya ha empezado a inquietar a las autoridades de algunos Estados como el de Tejas, no parece haber llegado a Europa. Recientemente, un artículo de Le Monde hablaba de este asunto asegurando que allí es un fenómeno embrionario. En España no hay siquiera rastro de él. Los expertos consultados no lo han detectado. "En España no está tan extendido el uso del ordenador y, por tanto, de Internet, pero todo este tipo de cosas es el futuro", advierte Antonio Vaquero, catedrático de Lenguaje y Sistemas Informáticos. "El futuro es saber acceder a toda la información que se sospecha que existe y que no se sabe dónde está. El futuro es que las búsquedas sean interactivas. Que uno pueda pedir lo que busca en cualquier idioma y el sistema lo encuentre de forma certera interpretando las preguntas. Este acceso sencillo a tanta información es un fenómeno positivo. El otro aspecto a debatir es con qué intención se pide la información. Eso no lo puede adivinar ningún sistema informático".

La ética electrónica

G.C. , Madrid
"Que haya estos servicios de posible plagio en Internet no me parece un peligro, sino una oportunidad". Para Jordi Adell, profesor de Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Educación de la Universidad Jaume I, hay que aprovechar las nuevas tecnologías para cambiar las reglas del juego. El universitario dispone hoy de tanta información que, efectivamente, el plagio es sencillo. "Cualquier alumno podría pasar como suyo un trabajo ajeno, pero lo importante sería debatir ese texto presentado y aprender todos de él. Hay que acabar con el profesor como única fuente de información, así que bienvenida sea toda la que llegue por otros medios".

El catedrático Antonio Vaquero, primer director de la Escuela de Informática de la Universidad Complutense, opina que la gran ventaja de Internet es que ha democratizado el acceso a la información. Apropiarse del trabajo ajeno es difícilmente detectable, pero dos elementos deberían ser prioritarios a la hora de incurrir en esta práctica: el código ético de los propios estudiantes y el riesgo que comporta. "Uno se juega el prestigio para siempre".

"A la hora de fusilar trabajos no veo en estos sistemas muchas diferencias con las posibilidades anteriores", dice la catedrática de Sociología Inés Alberdi, que también defiende la democratización que aporta Internet. Alberdi no es alarmista respecto a la posible mala calidad de los textos comprados. "Las posibilidades de plagiar disparates es similar a la que se encuentra en los libros. Además, ahora muchos y buenos profesores de universidades americanas han empezado a publicar sus trabajos en Internet".

Una investigadora del CSIC cree que la posibilidad de convertir en una tesis un trabajo de las empresas citadas en este reportaje es casi ciencia-ficción. "A los universitarios se les dirige la tesis. No llegan un día y leen un texto sin más. Hay un seguimiento. Me parece insólito que alguien pueda sacarse un título mediante este sistema".

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