La Guardia Civil
frustra el mayor atentado de ETA
Interceptada una furgoneta bomba con 950 kilos lista para explotar
estas Navidades en Madrid
MIGUEL GONZÁLEZ, Madrid
La perspicacia de dos agentes del destacamento de la Agrupación
de Tráfico de Calatayud (Zaragoza) ha evitado que ETA consumase
la amenaza de romper su alto el fuego con el atentado más espectacular
de su historia, si no el más sangriento. Una pareja de la Guardia
Civil interceptó a las 15.30 del lunes una furgoneta cargada con
900 kilos de cloratita y 50 de dinamita, la mayor cantidad de explosivos
utilizada nunca en un atentado por la banda. Según explicó
el ministro del Interior, Jaime Mayor, no se trataba de un transporte de
explosivos, sino de una "furgoneta bomba", lista para ser explosionada
en Madrid con carácter inmediato, en vísperas de las Navidades.
No se conoce la fecha ni el objetivo del atentado, pero sí la hora:
las 19.56.
La furgoneta bomba de ETA.
De arriba abajo y de izquierda a
derecha, Julia Moreno Macuso,
Javier Abaunza Martínez,
Juan Antonio Olarra Guridi
y Ainhoa Múgica Goñi.
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La pareja de Tráfico detuvo, a la altura del kilómetro 204
de la N-II, a unos 17 kilómetros de Calatayud, a una furgoneta Citroën,
modelo Jumper, al advertir que circulaba en dirección a Madrid con
signos de sobrepeso y sin el distintivo de los vehículos autorizados
para el transporte.
El conductor, José María Novoa Arróniz, de 32 años,
natural de Vitoria, sin antecedentes y que en las pasadas elecciones municipales
figuró como suplente en la lista de Euskal Herritarrok al Ayuntamiento
de Valle de Arana (Álava), se mostró muy nervioso.
Los agentes sospecharon y, tras pedirle la documentación, comprobaron
que el número de bastidor no correspondía al vehículo.
Le instaron entonces a que abriera la parte trasera de la furgoneta, a
lo que Novoa se negó, por lo que fue uno de ellos quien lo hizo.
En su interior hallaron una caja de aluminio, de un metro cúbico,
fijada al suelo con tornillos. Y dentro de ella, además de los 950
kilos de explosivos, una pequeña caja fuerte, con la llave puesta,
en la que había un temporizador y el cableado eléctrico.
"Parecía que iba a ser una actuación más inminente
que a medio plazo, que no requería de nada especial, porque todo
venía preparado ya", dijo ayer el ministro del Interior, Jaime Mayor,
quien compareció en su conferencia de prensa flanqueado por la cúpula
de Interior para dar cuenta de la operación.
La explosión, a las 19.56
Fuentes de la lucha antiterrorista indicaron ayer que la furgoneta bomba
estaba lista para explotar con una sencilla manipulación, consistente
en colocar los detonadores y realizar una última conexión.
Ello induce a pensar que ETA se proponía cometer el atentado con
carácter inmediato, hoy mismo o mañana, y que los terroristas
encargados de ejecutarlo tenían un conocimiento muy somero sobre
el manejo de explosivos.
Más indicios hay sobre la hora prevista para la explosión:
las 19.56, tal como marcaba el reloj digital hallado en la caja fuerte.
Las mismas fuentes indicaron que la banda terrorista suele dejar un cierto
margen a sus comandos para que elijan la fecha del atentado, pero, en cambio,
les marca la hora. Aunque lo habitual es que se produzcan mucho más
temprano.
Ello incrementa las dudas sobre el objetivo elegido por ETA para romper
la tregua. El delegado del Gobierno en Madrid, Pedro Núñez
Morgades, aseguró que los terroristas querían "hacer algo
espectacular, volar algún edificio emblemático de la capital".
Hace algunos meses se especuló con la posibilidad de que ETA planease
atentar contra el Valle de los Caídos. En medios policiales se pensaba
más bien en alguna "infraestructura básica", recordando la
destrucción de la central telefónica de Ríos Rosas
(Madrid) en abril de 1982.
Para encontrar ejemplos de un atentado de envergadura similar -una sola
tonelada de cloratita podría provocar el hundimiento de edificios
en 300 metros, según indicaron a Europa Press fuentes de Unión
Española de Explosivos- hay que salir de España. Ayer se
recordaba que el IRA rompió en febrero de 1996 su tregua arrasando
con 500 kilos de explosivos la City, el barrio de negocios de Londres.
La presencia de una pequeña cantidad de dinamita junto a la cloratita
tendría como objetivo aumentar la potencia de la onda expansiva,
según los expertos. Aunque ayer no había podido confirmarse,
se consideraba probable que la dinamita procediera de los 8.000 kilos de
explosivos robados en septiembre pasado por ETA y un grupo nacionalista
bretón en Plevin (Francia), de los que unas tres toneladas no han
sido recuperados todavía.
No obstante, Mayor admitió ayer que se carece de información
sobre el objetivo, pues el transportista suele ignorarlo, por lo que cualquier
noticia al respecto es pura especulación.
Los dos agentes que detuvieron a Novoa ignoraban en aquel momento que
la matrícula de la furgoneta (M-5516-UF) era falsa y estaba doblada
de otra asignada a un empresa de alquiler de Madrid. El vehículo
fue robado el pasado día 14 en la localidad francesa de Grenada,
próxima a Mont de Marsan, donde al día siguiente fueron sorprendidos
los etarras Patxiku Gimón y Aitzol Gogorza mientras intentaban robar
un coche.
Novoa dijo a la Guardia Civil que desconocía la carga que llevaba
y que recogió la furgoneta en la Feria de Muestras de Zaragoza,
donde la habría dejado otra persona que la trajo desde Dax (Francia),
una población entre Mont de Marsan y Bayona.
El detenido aseguró también que el encargo, por el que
iba a percibir 50.000 pesetas, consistía en dejar el vehículo
aparcado en las dependencias de la empresa de mensajería Seur, en
Barajas (Madrid). Fuentes de Seur dijeron, no obstante, que no tienen instalaciones
en el aeropuerto ni en el pueblo de mismo nombre. Las declaraciones de
Novoa, que ayer permanecía detenido en la Dirección General
de la Guardia Civil mientras se procedía a registrar su domicilio
de Vitoria, fueron acogidas con escepticismo por los investigadores.
En la furgoneta se encontró también un equipo de comunicación,
por lo que se cree que ésta iba precedida de un coche lanzadera
con la misión de advertirle de cualquier imprevisto, informa desde
Zaragoza Concha Monserrat. La pareja de Tráfico abordó
a la furgoneta desde atrás, por lo que, previsiblemente, dicho coche
se dio a la fuga sin que los agentes advirtieran su presencia.
El ministro del Interior aseguró que la interceptación
de la furgoneta fue fortuita y no fruto de una operación de seguimiento.
"Si la Guardia Civil hubiese sabido..., no se habría conformado
con los 950 kilos de explosivos...", dijo en una frase que se dejó
a medias, aludiendo a que el seguimiento del vehículo habría
permitido seguramente detener a los terroristas del comando Madrid
encargados de recogerlo.
La policía difundió ayer las fotos de cuatro etarras que
se sospecha que pueden estar en Madrid: Julia Moreno Macuso, Javier Abaunza
Martínez, Juan Antonio Olarra Guridi y Ainhoa Múgica Goñi.
También pidió a los ciudadanos que llamen a los teléfonos
091 y 900100091 si tuviesen "alguna sospecha" o hubiesen
"alquilado en fechas recientes algún inmueble y tuvieran dudas acerca
de la personalidad del arrendatario". |