El País Digital
Martes 
25 enero 
2000 - Nº 1362
 
CULTURA
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Almodóvar se gana al público estadounidense con su victoria en los Globos de Oro 

Los corresponsales en EE UU eligen 'Todo sobre mi madre' mejor película extranjera 

JAVIER DEL PINO, Washington 
Pedro Almodóvar logró varias victorias en una. El domingo por la noche, en Los Ángeles, se llevó el Globo de Oro a la mejor película en lengua no inglesa por Todo sobre mi madre, y se metió en el bolsillo a los asistentes a la gala y a millones de telespectadores, que disfrutaron de su desparpajo cuando aceptó el galardón otorgado por la Asociación de la Prensa Extranjera. Si esta prueba era la última antes de los oscars, Pedro Almodóvar la superó con matrícula. Cuando alguien le formuló la tópica pregunta sobre cómo se sentía, se salió del tópico: "Es como un buen orgasmo", respondió.
 
Penélope Cruz felicita a Almodóvar, tras recoger 
el Globo de Oro por Todo sobre mi madre (AP).
El Globo de Oro a Todo sobre mi madre -el primero para una película española- cierra una semana en la que Almodóvar ha recibido cuatro premios, entre ellos, el de Palm Springs y el de la crítica de Los Ángeles y Nueva York. Todo sobre mi madre tenía contrincantes de peso para el Globo de Oro a la mejor producción en lengua no inglesa: la alemana Aimée und Jaguar, de Max Färberböck; las francesas Est Ouest, de Régis Wargnier, y La fille sur le pont, de Patrice Leconte, y la canadiense El violín rojo, de François Girard. El protocolo tuvo la poca delicadeza de sentar en la misma mesa a Almodóvar y a Catherine Deneuve, que esperaba el premio para Est Ouest.
 
 

La Asociación de la Prensa Extranjera en Hollywood, que organiza y entrega los Globos de Oro, no traicionó a la crítica ni al público. Los asistentes a la gala en el Beverly Hilton de Los Ángeles concedieron un gran aplauso a la película de Almodóvar cuando los actores Alec Baldwin y Renne Zellweger leyeron la lista con las cinco candidatas.
 
 

Cuando Almodóvar se dirigió hacia el escenario tuvo que pararse a recibir los abrazos de Warren Beatty, Kevin Spacey y Robert de Niro, mientras aplaudían en pie directores del calibre de Sydney Pollack o Anthony Minghella. Como dijo Antonio Banderas en la fiesta posterior, parecía más un homenaje a su carrera que un premio a un trabajo concreto.
 
 

"Vean que feliz soy"
 
 

Y cuando Almodóvar cogió el micrófono, empezó la fiesta. En una especie de spanglish acelerado, insolente y divertido, el director español comenzó a soltar su habitual torrente dialéctico sin que le importara lo más mínimo que la audiencia tuviera que esforzarse por entenderle; la satisfacción que transmitía tapaba los huecos lingüísticos y convirtió ese momento en el mejor de la noche. Meryl Streep se desternillaba, Tom Cruise y Jim Carrey le aplaudían sin parar y Billy Crystal le pedía que siguiera hablando.
 
 

"No he preparado nada y no hablo inglés, así que da igual", empezó diciendo Almodóvar. En medio de las risas, hizo una concesión a la ternura: "Se supone que los sentimientos de los seres humanos son fáciles de entender: mírenme y vean qué feliz soy".
 
 

Sin parar de hablar, dio las gracias a su hermano Agustín por acompañarle en su carrera y mencionó especialmente a dos de sus actores, presentes en la sala: Penélope Cruz (que entra definitivamente en el mercado estadounidense con la película que acaba de rodar junto a Matt Damon) y Antonio Banderas, que presentó uno de los galardones. "Y le estáis malcriando", declaró Banderas.
 
 

Sin ningún rubor explicó que, aunque odia las dictaduras, es un tirano detrás de la cámara y que lo seguirá siendo. "No como tú, Warren", le decía a Beatty sentado en primera fila. Cuando en la pantalla del teleprompter los organizadores le pedían que terminara su discurso, Almodóvar dijo, en su inglés: "Como no hablo inglés, no sé lo que me dicen". Los encargados de la pantalla le escribieron la palabra adiós para que acabara, pero seguía hablando para regocijo de los asistentes.
 
 

Si Roberto Benigni se ganó al público el año pasado, Almodóvar ha superado también ese listón. Hasta Harrison Ford se le acercó para pedirle que le dé un papel en alguna de sus próximas películas.
 
 

En la fiesta posterior Almodóvar reconoció que tiene esperanzas de conseguir el Oscar: "Después de recibir el Globo de Oro he decidido que voy a ir a la entrega de los Goya y a lo que venga por delante", aseguró. Su distribuidora en EE UU, Sony Classics, insiste en que Todo sobre mi madre puede ser no sólo candidata en los oscars a mejor película extranjera sino quizá también a mejor director, mejor actriz (Cecilia Roth) e incluso mejor película del año. Las candidaturas se harán públicas el 15 de febrero.
 
 

Premio a 'American beauty'
 
 

Además, los Globos de Oro premiaron especialmente a American beauty, un retrato despiadado del hundimiento de una familia media estadounidense. Aunque sus protagonistas, Kevin Spacey y Annette Bening, se quedaron sin premios, logró los galardones a la mejor producción dramática del año, mejor dirección y mejor guión.
 
 

Como mejor comedia se escogió por primera vez una película de animación, Toy Story 2. Jim Carrey se llevó por segundo año consecutivo el premio al mejor actor por su papel en Man on the Moon y Denzel Washington fue el mejor actor dramático por su interpretación de un boxeador en The hurricane. La actriz Hillary Swank ganó el Globo de Oro por su interpretación desgarradora de una chica que quiere vivir como un chico en la América profunda que describe Boys don't cry.
 
 

Como secundarios hubo premios para Tom Cruise (que rebajó su caché por trabajar en Magnolia, de Paul Thomas Anderson) y para una actriz de moda, Angelina Jolie, que comparte cartel con Wynona Ryder en Girl, interrupted

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MARUJA TORRES


Era Nueva York y era el estreno de Kika. Pedro Almodóvar me citó en el hotel, antes del estreno, y después de hablar un rato me invitó a compartir su limusina, camino de la sala. Dentro de aquel cochazo inmenso, con un agujero en el techo que daba a los rascacielos, íbamos, como mínimo, el director, Rossy de Palma, Bibiana a la sazón Andersen y yo. A mí me dio el ramalazo Cenicienta pos-príncipe y pensé que, de algún modo, éramos un montón de freaks, cada uno en su estilo, y que en otro mundo habríamos sido condenados a la hoguera. Y allí estábamos, pequeños reyes de Manhattan, por obra y gracia de la gracia inmensa de un manchego nacido para ser único y, ello no obstante, ser reconocido y apreciado por multitudes. Lo cual es una de las formas más sublimes de la freakanidad, cuando se hace hermandad.
 
 

Al verlo recoger su Globe -gesta que ningún otro cineasta español cumplió hasta el momento-, se me erizaron los pelos con un sentimiento muy especial: el que produce el triunfo de los que se hicieron a sí mismos desde la marginalidad y a favor de ella, mediante la originalidad y el desafío. Pedro Almodóvar ganó este Globe, para mí, el día en que me regaló, en una sesión golfa, en Barcelona, la película por la que le conocí: Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón. Que se lo hayan dado creo que debe llenarnos de orgullo. Sobre todo a quienes creemos que hay otras formas de hacer arte además de las académicas y ortodoxas, y que hay vida más allá del recitado pomposo de Galdós.
 
 

Está siendo un año brutalmente fecundo para Pedro, en materia de premios, y resulta aleccionador que los esté consiguiendo por la más desmelenadamente sentimental de sus películas. Algo querrá decir. A lo mejor resulta que tiran más dos tetas, aunque sean de silicona, cuando debajo hay un corazón, que dos carretas repletas de efectos especiales. Está Pedro, además, en muy buena compañía. Tampoco American beauty es una película fácil.
 
 

Esta especie de George Cukor a lo bestia, en el sentido de que es el director que mejor aprovecha a las actrices con quienes trabaja, es también un hijo del cine, un niño de las salas que le amamantaron junto con la madre que recientemente perdió. Por eso creo que ahora, al triunfar en Hollywood a lo grande, Almodóvar disfruta doblemente: como ídolo y como chaval de cine.
 
 

¿Qué más te da, Pedro, si, este año, tampoco te dan el jodido Goya? 
 

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