Don Juan Carlos se despide de La Habana con el deseo
de que "Cuba se abra a Cuba"
Fidel Castro aprovecha el último acto de la visita para piropear
en público al Rey
JOSÉ MIGUEL LARRAYA / ENVIADO ESPECIAL,
La Habana
En la estela del mensaje de Juan Pablo II, que en su visita de enero
de 1998 a la isla sugirió una apertura de Cuba al mundo y otra del
mundo a Cuba, el Rey dio un paso más y pidió, antes de partir
de La Habana de regreso a España, que "Cuba se abra a Cuba". Fue
el mensaje final de una visita cargada de gestos y tensiones subterráneas,
pronunciado ante una enfervorizada colonia española, reunida en
un céntrico hotel de la capital cubana, que interrumpió con
aplausos en seis ocasiones las breves palabras de don Juan Carlos.
Castro bromea con el ministro español de
Exteriores, en la clausura de la Cumbre (Reuters).
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"Nos vamos de Cuba pensando en volver, seguros de que a esta tierra, a
esta gente magnífica, llegará muy pronto ese futuro de paz
y concordia que deseamos para todos sus hijos; un futuro al alcance de
la mano, un futuro de encuentro y de cercanía, un futuro en el que
Cuba se abra a Cuba. Las circunstancias son favorables, la soluciones han
de ser generosas", dijo el monarca.
Estas palabras del Rey de España en Cuba, pronunciadas bajo la
atenta mirada del presidente del Gobierno, José María Aznar,
resonaron con especial fuerza en el salón de actos y las salas adyacentes
de hotel Habana Libre, donde se agolpaban 2.000 personas, en su mayoría
de avanzada edad, que hubieron de pasar un estricto control de seguridad.
El Rey, acompañado por doña Sofía, acudió
al acto tras la clausura de la IX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado
y de Gobierno y antes de emprender viaje de regreso a Madrid. A la puerta
del hotel acudió el presidente cubano, Fidel Castro, para, al igual
que a su llegada, llevar al Rey a solas en su coche oficial. Fue un último
gesto de deferencia del líder cubano de los muchos que ha prodigado
hacia el hacia Rey durante su estancia.
En la conferencia de prensa de clausura, Castro llegó a afirmar
que si él fuera español sería "socialista realista,
en el doble sentido de la palabra". Entró a fondo en el asunto en
torno al cual ha girado la tensión difusa, pero perceptible, que
ha rodeado la estancia de los Reyes en La Habana. "Algunos quisieron hacer
hasta la tonta trampa de que tratamos de presentar al Rey en visita oficial,
inventando que el Rey se quedara 24 horas más, para hacer ver que
la visita del Rey era oficial". Y añadió Castro con sarcasmo:
"Estuvimos a punto de desmayarnos todos nosotros de nostalgia y tristeza
porque la visita del Rey no era oficial".
Castro terciaba así en un delicado asunto interno español:
el pulso librado sobre el programa de la visita, una vez que el Gobierno
decidió que no se daban las condiciones para el viaje oficial, anunciado
en La Habana por el ministro Abel Matutes en octubre de 1998 para la pasada
primavera. El programa concreto de la visita privada fue negociado con
discreción durante meses por cauces oficiales y oficiosos y no estuvo
cerrado hasta unos días antes. La inclusión de entrevistas
y actividades -como el propio discurso ante la colonia española-
fuera del programa de la reunión multilateral iberoamericana era
lo que acercaba la visita a un habitual programa de visita oficial, sin
que nadie pretendiera que lo fuera.
El presidente cubano definió a don Juan Carlos como "un verdadero
rey" que "se ganó el trono con todo derecho aquel día que
evitó un baño de sangre, aquel día que salvó
el proceso democrático", en referencia a su papel en el intento
de golpe de Estado del 23-F. Es un hombre "sincero, simpático, con
todas las cualidades para apreciarlo, que tiene las puertas de este país
abiertas y puede venir cuando quiera, y nunca inventaremos mentirijillas
de ninguna clase. Así que estamos felices".
Y por si no había quedado claro, remachó: "En ninguna visita
oficial, donde hay mucho protocolo y mucha ceremonia, se disfruta de una
visita del Rey como yo disfruté esta visita, y no porque fuera oficial,
sino porque era humana, que es lo que importa. Y tengo sentimientos y la
convicción de que él tiene sentimientos amistosos y de simpatía
hacia Cuba".
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