Una vida marcada por el exilio
Su influencia fue decisiva para resolver la difícil
situación creada por Franco para la restauración de la dinastía
AGENCIAS, Madrid
La vida de doña María de las Mercedes de Borbón
y Orleáns, madre del rey Juan Carlos y esposa de don Juan de Borbón,
fallecida ayer en Lanzarote a los 89 años, estuvo marcada por el
exilio, que la mantuvo alejada de España durante casi la mitad de
su existencia: entre 1931 y 1976. La discreta pero decisiva influencia
de doña María, como se la llamaba en familia, en la tensa
situación provocada por el general Franco entre el conde de Barcelona,
heredero de la Corona, y el futuro rey don Juan Carlos fue destacada ayer
por los principales protagonistas de la transición.
Doña Mercedes, princesa de las Dos Sicilias, había nacido
el 23 de diciembre de 1910 en Madrid, en el palacete situado en el numero
3 del paseo de la Castellana, donde años más tarde estaría
la Presidencia del Gobierno y que hoy es sede del Ministerio de Administraciones
Públicas. Fue bautizada en el Palacio Real, siendo sus padrinos
la reina María Cristina y el príncipe Jenaro de Borbón
Dos Sicilias.
Fue la tercera de los cuatro hijos -Carlos, Dolores y Esperanza- habidos
en el segundo matrimonio de su padre, el infante don Carlos de Borbón
Dos Sicilias. Su madre fue la princesa Luisa de Orleáns, hija de
los condes de París.
Su padre, en su primer matrimonio, con la infanta María de las
Mercedes, hermana de Alfonso XIII, había tenido dos hijos, Alfonso
e Isabel, que eran, por tanto, primos hermanos de don Juan de Borbón,
su futuro esposo.
Los primeros años de su vida los pasó doña María
de las Mercedes en Madrid, donde estudió en el colegio de las madres
irlandesas. En 1921, al ser nombrado su padre capitán general de
Sevilla, toda la familia se trasladó a la capital andaluza, a la
que estuvo vinculada el resto de su vida. No es causalidad que su residencia
en Estoril, durante el laro exilio, se llamara Villa Giralda. En Sevilla
también estudió en el colegio de las irlandesas.
Al proclamarse la II República en España, toda a familia
de doña María de las Mercedes partió al exilio, a
bordo del barco Cabo Raso , bajando por el Guadalquivir hasta llegar
a Gibraltar. Desde allí, a bordo de un buque de bandera británica,
se trasladaron a Marsella. Posteriormente marcharon a Cannes, donde vivieron
con sus abuelos, para instalarse definitivamente en París.
Su reencuentro con don Juan de Borbón y Battenberg tuvo lugar
en en Roma, en 1935, a donde los dos habían acudido para asistir
a la boda de la infanta Beatriz, hermana de don Juan, con el príncipe
Alessandro de Torlonia. No se habían visto desde 1930.
El 12 de octubre de 1935 contrajo matrimonio con don Juan de Borbón
y Battenberg, príncipe de Asturias y heredero de Alfonso XIII por
las renuncias de sus hermanos mayores a la sucesión dinástica,
en la basílica de Los Ángeles en Roma. El matrimonio tuvo
cuatro hijos: Pilar, Juan Carlos, Margarita y Alfonso, que moriría
en accidente en 1956, en Estoril.
Los primeros años de su matrinomio los vivió doña
María de las Mercedes en Cannes, Roma y en Suiza, concretamente
en Lausana, país neutral durante la Segunda Guerra Mundial, junto
a la reina Victoria Eugenia de Battenberg. Al finalizar la contienda se
trasladaron a la localidad portuguesa de Estoril, donde don Juan y doña
María de las Mercedes residieron hasta su traslado a Madrid, en
1976, ya reinstaurada la monarquía en España en la persona
de su hijo Juan Carlos.
Durante su exilio doña María de las Mercedes vino varias
veces a España. La primera, en 1949, concretamente a Sevilla, para
asistir al entierro de su padre. En 1968 volvió, esta vez a Madrid,
con motivo del bautizo de su nieta Elena, hija mayor del rey Juan Carlos
y la reina doña Sofia.
Cinco años después regresó de nuevo a la capital
española para recibir, con su marido, a la reina Victoria Eugenia,
quien regresaba a España por primera vez desde 1931 para asistir
como madrina al bautizo de su bisnieto Felipe de Borbón, actual
Príncipe de Asturias y heredero de la Corona.
El 14 de mayo de 1977, don Juan renunció a sus derechos dinásticos
en favor de su hijo, don Juan Carlos, conservando para él y para
doña María de las Mercedes el título de condes de
Barcelona. Don Juan falleció en 1993.
Doña María de las Mercedes se fracturó la cadera
derecha el 20 de abril de 1982, mientras pasaba unos días de descanso
en el Palacio de la Zarzuela, por lo que tuvo que ser ingresada en la madrileña
clínica de La Luz. Tres años más tarde sufrió
también la fractura del fémur izquierdo en su residencia
de Estoril. Desde este último percance quedó parcialmente
paralizada y debía trasladarse en silla de ruedas.
La condesa de Barcelona era una gran aficionada a la pintura y la música
y, de manera especial, a los toros, en cuyas corridas de la Monumental
de las Ventas era frecuente verla. |