El País Digital
Lunes 
31 enero 
2000 - Nº 1368
 
ESPAÑA
Cabecera
Los inmigrantes en situación irregular no podrán ser expulsados a partir de mañana 

La mayoría de las expulsiones y devoluciones de 1999 no se habrían ejecutado con la nueva ley 

MIGUEL GONZÁLEZ, Madrid 
Los inmigrantes que se encuentren en España en situación irregular no podrán ser expulsados a partir de mañana, día en el que entra en vigor la nueva Ley de Extranjería. Carecer de permiso de residencia o trabajar sin autorización fueron las causas esgrimidas en la inmensa mayoría de los 5.000 expedientes de expulsión ejecutados en 1999. También desaparece con el nuevo texto la figura de la devolución, usada para echar a más de 17.000 el año pasado, según datos oficiales del Ministerio del Interior. La cifra real es, sin embargo, mucho más alta, pues sólo en Ceuta se devolvieron 50.000. 
 
Ver gráfico: 'La
inmigración en España
La nueva Ley de Derechos y Libertades de los Extranjeros en España y su Integración Social, que el PP ha prometido reformar si gana las próximas elecciones generales, restringe drásticamente las facultades de la Administración para expulsar inmigrantes, al limitar los casos en que puede aplicarse esta medida y reforzar las garantías de los afectados en estos procedimientos.
 
 

A partir de mañana nadie podrá ser expulsado por "encontrarse irregularmente en territorio español", al no haber obtenido o tener caducada la prórroga de estancia, y tampoco por estar trabajando sin autorización, pero disponiendo de permiso de residencia.
 
 

Estas dos infracciones, que motivaban la mayoría de las expulsiones, sólo podrán ser castigadas con multa de 50.000 a un millón de pesetas. No obstante, los inmigrantes en esta situación deberán vivir en la clandestinidad, pues si fueran sancionados tres veces en el plazo de dos años sí se les podrá expulsar.
 
 

Respecto a los llamados sin papeles, entre los que se incluyen los tripulantes de las pateras, el artículo 49 de la ley prevé que sean expulsados quienes entren en España sin la documentación exigible o al margen de los pasos fronterizos. A pesar de ello, su expulsión resultará en muchos casos difícil de ejecutar, pues la ley no permite, al contrario de lo que venía sucediendo, su detención por un máximo de 40 días hasta que fueran conducidos a la frontera. El internamiento sólo se autoriza en casos muy graves, como la participación en actividades ilegales.
 
 

Según fuentes de Interior, el extranjero indocumentado será conducido a comisaría, a efectos de identificación, en aplicación de la Ley de Seguridad Ciudadana, pero luego tendrá que ser puesto en libertad, pudiendo imponérsele sólo como medida cautelar la retirada del pasaporte o su presentación periódica.
 
 

En la misma situación se encontrarán quienes vean denegada su solicitud de continuar residiendo en España. El artículo 26 prevé su "salida obligatoria" del territorio, pero la misma no podrá realizarse por la fuerza.
 
 

El trámite preferente, que permitía hasta ahora la expulsión inmediata de los inmigrantes irregulares, con un plazo de alegaciones de sólo 48 horas, desaparece, lo que significa que todos los expedientes deberán regirse por el procedimiento ordinario, con una duración mínima de un mes.
 
 

En la nueva ley tampoco aparece la figura de la devolución, que permitía enviar a su país de procedencia a los extranjeros que entrasen ilegalmente sin necesidad de un expediente de expulsión. La laxitud del procedimiento explica seguramente la incoherencia de los datos oficiales: según Interior, hasta el 30 de noviembre pasado fueron devueltos 17.012 extranjeros, pero la Delegación del Gobierno en Ceuta cifra en 50.000 las devoluciones realizadas sólo en dicha ciudad.
 
 

En vez de la devolución, la nueva ley prevé la posibilidad del "retorno", también sin expediente de expulsión, de quienes "pretendan entrar ilegalmente", a los que se podrá internar bajo control judicial cuando el regreso a su país de origen vaya a demorarse más de 72 horas. Entre el retorno y la devolución hay, sin embargo, una importante diferencia: sólo podrán ser devueltos aquellos inmigrantes ilegales detenidos "en [la] frontera" y no, como sucedía hasta ahora, en cualquier otro punto del territorio nacional. 

Último día para pedir el permiso necesario para la regularización 

M. G., Madrid 
Mañana entra en vigor la nueva Ley de Extranjería y, en consecuencia, hoy es el último día para que los inmigrantes que no lo hayan hecho soliciten el permiso de residencia o trabajo si quieren regularizar su situación.
 
 

La ley prevé la regularización de todos aquellos extranjeros que se encuentren en España desde antes del 1 de junio de 1999 y acrediten haber tenido o solicitado un permiso de residencia o trabajo en los tres años anteriores a la entrada en vigor del texto legal. Es decir, antes de mañana.
 
 

El Foro para la Integración Social de los Inmigrantes, en el que participan ONG, sindicatos y los ministerios afectados, informará hoy el proyecto de decreto que fija el proceso de regularización, al que se estima podrán acogerse unos 80.000 extranjeros. Las ONG consideran globalmente positivo el borrador de decreto, aunque juzgan insuficiente el plazo de dos meses -del 22 de febrero al 28 de abril- previsto para el proceso de regularización y piden que se amplíe.
 
 

Aplicación directa
 
 

Además de este decreto, el Gobierno debe aprobar antes del 1 de agosto el reglamento que desarrolla la nueva ley. Pero la falta del mismo, según el subsecretario del Ministerio del Interior, Leopoldo Calvo-Sotelo, no impide que la mayoría de las novedades de la ley entren ya en vigor, por ser de aplicación directa.
 
 

Por ejemplo, los derechos fundamentales de los extranjeros a la sanidad, la educación, la asociación o la huelga. Pero también el reagrupamiento familiar o la posibilidad, prevista en el polémico artículo 29.3, de tener acceso a la residencia temporal si se acredita una estancia ininterrumpida de dos años en España, se está empadronado y se cuenta con medios para subsistir.
 
 

La aplicación de estos artículos, según Calvo-Sotelo, requiere de criterios interpretativos, por lo que serán objeto de una circular mientras llega el reglamento.
 
 

La que no requiere interpretación es la disposión adicional única, según la cual las demandas de prórroga de los permisos de residencia y trabajo quedarán automáticamente aprobadas si no se responden en tres meses. La Administración tarda ahora hasta un año en contestar, por lo que "habrá que hacer un importante esfuerzo organizativo y de personal", admite Calvo-Sotelo.
 
 

Otro punto de la ley que el PP intentó modificar, la necesidad de motivar la denegación de visados, no se aplicará por ahora, pues, según la Oficina de Información Diplomática, requiere la aprobación del reglamento.
 
 

Pero no es la Administración central la única afectada. El PSOE, según su responsable de Política Municial, Alfonso Perales, celebrará esta semana una reunión para estudiar las consecuencias de la ley para los ayuntamientos. Entre otras, la obligación de "elaborar y mantener actualizado el padrón de extranjeros". Su inscripción en él será preceptiva para tener acceso a derechos como la asistencia sanitaria. 

Turno de oficio en Barajas 

M. G., Madrid 
A partir de mañana, dos o tres abogados estarán presentes, mañana y tarde, en el aeropuerto de Madrid-Barajas para atender a los extranjeros a quienes se les niegue la entrada en España.
 
 

Una de las novedades de la ley, que el PP intentó anular, es el reconocimiento de la asistencia letrada de oficio en todos aquellos procedimientos que puedan llevar a la denegación de entrada, expulsión o salida obligatoria de inmigrantes.
 
 

Para hacer posible este derecho, el Colegio de Abogados de Madrid, según su decano, Luis Martí Mingarro, ya ha previsto un turno de letrados especializados que asistirán durante el interrogatorio a los 40 extranjeros que, como media, son objeto diariamente de expediente para autorizar o no su entrada.
 
 

Los abogados, que tendrán un local en el aeropuerto y acudirán por la noche si son requeridos, ofrecerán la posibilidad de presentar recurso a quienes sean rechazados.
 
 

La misma situación se repetirá en las demás fronteras españolas. El decano del Colegio de Ceuta, Menahen Gabizón, advierte de que el Gobierno debe cumplir el mandato de la ley de habilitar los créditos necesarios para atender los gastos derivados de su aplicación. 

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