El País Digital
Martes 
28 marzo 
2000 - Nº 1425
 
CULTURA
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Almodóvar y 'American beauty' triunfan en los Oscar 

Los premios de la 72ª edición resultaron ser los más progresistas que se han concedido en los últimos años 

JAVIER VALENZUELA, Los Ángeles 
Diez años después de la decepción con Mujeres al borde de un ataque de nervios, Pedro Almodóvar tocó el cielo de Hollywood. Todo sobre mi madre cumplió todos los pronósticos y obtuvo en la madrugada del lunes el Oscar a la mejor película del habla no inglesa. Penélope Cruz y Antonio Banderas le entregaron la estatuilla dorada, que Almodóvar recogió entre aturdido y feliz, antes de dedicar el premio, con chuleta y en un inglés benigniano, a numerosos parientes y santos de su Calzada de Calatrava natal. Todo ocurrió en una noche muy progresista para los usos de Hollywood. La mejor prueba, American beauty, que se impuso en cinco categorías, entre ellas mejor película, mejor director, mejor guión y mejor actor.
 
Almodóvar abraza a Penélope Cruz y a 
Antonio Banderas, tras recibir su 
Oscar (Reuters).
Con el triunfo de American beauty y de Todo sobre mi madre en la 72ª edición de los Oscar, Hollywood demostró que también es cool, la palabra estadounidense que equivale a guay, moderno, enrollado. Por osadas e irreverentes, ninguna de esas dos películas hubiera ganado hace apenas tres o cuatro años. Incluyendo también galardones a la defensa del aborto de The cider house rules (Las normas de la casa de la sidra) y de la tolerancia sexual de Boys don't cry, los de la madrugada de ayer fueron los Oscar más progres en muchísimo tiempo. Para el cine español supusieron un tercer triunfo histórico, y para Almodóvar, la consagración mundial de una brillante carrera. Cuando a "los seis años de la mañana en España", según el error cometido en inglés por Almodóvar, Penélope Cruz abrió el sobre y gritó "¡Pedro!", se confirmaron las previsiones de que Todo sobre mi madre conseguiría el tercer Oscar español a la mejor película en lengua no inglesa, tras los de Volver a empezar, de José Luis Garci, y Belle époque, de Fernando Trueba.
 
 

Almodóvar subió al escenario del Shrine Auditorium, dijo "Esto es para España" y agradeció su mediación a una letanía de vírgenes y santos. Fue una escena puramente almodovariana. Los nervios del gran momento para el que llevaba meses preparándose vencieron al cineasta manchego, al que el siempre muy profesional Antonio Banderas tuvo que arrastrar fuera del escenario. Y el público, que con una gran ovación había confirmado su simpatía por la decisión de la Academia, no entendió nada de lo que dijo en inglés Almodóvar. Billy Cristal, el presentador de la gala, lo subrayó chistosamente, al afirmar que el español había convertido al italiano Roberto Benigni en "un profesor de inglés".
 
 

Pero, bueno, lo importante es que en Hollywood se descorchó el champán preparado para la consagración de Almodóvar. La Meca del cine tenía ganas de premiar al cineasta español y este año era el ideal. Como buena parte de las clases medias norteamericanas y occidentales, las gentes que mandan en Hollywood han resucitado ese espíritu que hace unas décadas se llamaba hip, y ahora, cool. ¿Y qué es eso? Pues no ser casposo, sino divertido, tolerante, rebelde, joven de edad o de espíritu.
 
 

En la madrugada de ayer ganó American beauty porque es una película en la que un cuarentón, en búsqueda de la eterna juventud, deja el trabajo, vuelve a fumar marihuana y flirtea con una amiga de su hija. O sea, es muy cool. Y puesto Hollywood a pensar en películas extranjeras, ¿cuál es más cool que las de Almodóvar, con monjas con sida y padres que son travestis? Se cumplió el sondeo de The Wall Street Journal. Los premios estuvieron muy repartidos, pero American beauty, el agridulce retrato de la vida en los suburbios de las clases medias norteamericanas, se llevó cinco oscars: mejor película, mejor director (Sam Mendes), mejor actor (Kevin Spacey), mejor cinematografía (Conrad Hall) y mejor guión original (Alan Ball). Otro producto inequívocamente cool, The Matrix, fue el segundo cosechador en cantidad de estatuillas, con cuatro para su sonido, montaje y efectos especiales.
 
 

Uno de los chistes más reídos de Billy Cristal fue cuando dijo saber lo que estaba pensando Jack Nicholson: "Yo todavía soy el más cool en la sala". Estaba claro que Hollywood deseaba presentar su rostro más iconoclasta. Robin Williams cantó Blame Canada y le fue rendido un homenaje a Warren Beatty, tan célebre por sus proezas sexuales como por su militancia en causas liberales. Su esposa, Annette Bening, no ganó el Oscar a la mejor interpretación ni tampoco rompió aguas en el Shrine Auditorium, pero fue una de las reinas de la velada.
 
 

Diversidad
 
 

Cuando recibió la estatuilla al mejor guión adaptado por Las normas de la casa de la sidra, el escritor John Irving agradeció a la Academia su valentía "al premiar una película sobre el aborto". Es difícil que ese filme, por el que el veterano Michael Caine se llevó la estatuilla al mejor actor secundario, hubiera triunfado en los casposos tiempos de Ronald Reagan. "Sueño con el día en que no sólo aceptemos nuestras diferencias, sino celebremos nuestra diversidad", dijo Hilary Swank al recoger el Oscar a la mejor interpretación femenina por Boys don't cry. Swank dedicó su premio a la persona real en la que se inspira su papel: Teena Brandon, una joven que vivió en Nebraska como un hombre antes de ser brutalmente asesinada en 1993. Fue una de las grandes declaraciones de la velada.
 
 

La primera ceremonia de entrega de Oscar del siglo XXI, o la última del siglo XX, confirmó el renacimiento en EE UU del espíritu de los sesenta en una versión baja en calorías. Se inscribió en otros signos del fenómeno como la popularidad de Bill Clinton pese a sus aventuras sexuales en el Despacho Oval, o la simpatía con que fue acogida la revuelta de ecologistas y anarquistas contra la Organización Mundial de Comercio. O, por volver al mundo del espectáculo, el hecho de que Carlos Santana ganara el mes pasado un montón de grammys y su música se escuche por todo el país. Para rematar la faena, a los oscars les faltó galardonar a Buena Vista Social Club, el documental cubano de Win Wenders. Almodóvar arregló la cosa. Los sones cubanos dominaron la fiesta que celebró en una sala de Beverly Hills la gran victoria del cineasta español. También hubo toque flamenco y fue cosa digna de ver que tanta gente de tiros largos bailara en la madrugada californiana "De Granada a Casablanca, entre ritmo y fantasía, un gitano canta a mi Andalucía". ¿Hay algo más cool?. 

El reencuentro de la 'movida madrileña'

F. MORALES, Madrid 
Los amigos de toda la vida de Pedro Almodóvar se reunieron en Madrid para vivir el gran día del director manchego. El instante mágico llegó a las seis de la mañana, momento en el que Penélope Cruz y Antonio Banderas, desde el Shrine Auditorium de Los Ángeles, anunciaron el esperado Oscar a la mejor película de habla no inglesa para Todo sobre mi madre. Como se podía prever, la explosión de júbilo irrumpió en la sala tras este merecido reconocimiento de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood.
 
 

Canal + había preparado para la ocasión una gran fiesta homenaje. A partir de las once de la noche del domingo, el Casino de Madrid albergó un desfile de personajes famosos y gentes vinculadas al director manchego y al mundo del cine, que se reunieron allí para vivir una noche plena en emociones. A través de distintas pantallas gigantes y monitores televisivos repartidos por todas las salas del Casino, los más de mil invitados vivieron en directo la ceremonia que Canal + retransmitió para todos sus abonados.
 
 

Directores de cine tan conocidos como Alejandro Amenábar (Tesis), Julio Medem (Los amantes del Círculo Polar), Mateo Gil (Nadie conoce a nadie) o Juan Carlos Fresnadillo (autor del cortometraje candidato al Oscar Esposados); actores y actrices como Ana Torrent, Kity Mánver, Paz Vega, Miriam Díaz Aroca, Tristán Ulloa, Mirta Ibarra, Elena Anaya y Francis Lorenzo, y personajes vinculados a la vida del oscarizado cineasta, Alaska y Fabio McNamara, este último pareja artística de Almodóvar durante sus años como cantante y al que durante toda la noche se le vio nervioso y emocionado, se sumaron con su presencia a esta gran fiesta del cine español. La primera sorpresa de la noche fue la presencia de John Malkovich (En la línea de fuego y Amistades peligrosas), que se encuentra en la capital española ultimando los detalles del rodaje, el próximo mes de abril y bajo el protagonismo de Javier Bardem, Elvira Mínguez y Juan Diego Botto, de su primera película como director. Desde el set que la cadena de pago tenía allí instalado, el popular actor departió con Hilario Pino y Montserrat Iglesias sobre sus próximos proyectos y, como no podía ser menos, sobre las posibilidades de Todo sobre mi madre en esta entrega de los oscars. A este plató también se acercaron, entre otros, Alaska, que habló del mundo propio de Almodóvar; Alejandro Amenábar, que destacó el sentido del humor del cineasta, y Kity Mánver, actriz que participó en algunos de sus filmes.
 
 

Otra de las sorpresas que deparó la velada fue la actuación en directo de Alaska, cantante que vivió junto a Pedro Almodóvar los años dorados de la llamada movida madrileña. La siempre peculiar artista interpretó, con su grupo Fangoria, algunos de sus temas más conocidos y compartió escenario, tras muchos años de separación y entre algunos sollozos, con Carlos Berlanga, uno de los integrantes de Los Pegamoides.
 
 

Las horas pasaban y poco a poco los invitados iban tomando asiento o agrupándose en torno a los monitores televisivos para vivir el momento esperado. Por fin llegó y Pedro Almodóvar, tras acariciar la gloria con Mujeres al borde de un ataque de nervios, subió al escenario, y entre vírgenes y santos de todas las especies, agradeció este Oscar que premia al mejor y más internacional director español del momento. 

La tía Cecilia y el doctor 'honoris causa'

EL PAÍS, Madrid 
Fue el día de Pedro Almodóvar. En medio de una lluvia de felicitaciones, en Calzada de Calatrava, la localidad manchega de 5.000 habitantes donde nació nuestro director más internacional, se siguió la ceremonia de los oscars a través de televisiones gigantes instaladas en los disco-bares del pueblo. La quema de una traca y el lanzamiento de fuegos artificiales avisaban al pueblo, pasadas las seis y veinte de la mañana del lunes, de que Todo sobre mi madre había ganado el preciado Oscar, según informa María Rivas.
 
 

Francisco Espinosa, alcalde de Calzada de Calatrava, anunció su intención de preparar un acto institucional para el director, que recibirá en breve el título de doctor honoris causa por la Universidad de Castilla-La Mancha, honor que compartirá con intelectuales de la talla de José Saramago y Umberto Eco, entre otros.
 
 

Especialmente emocionada siguió la ceremonia su tía Cecilia Almodóvar, que sigue viviendo en Calzada de Calatrava. "No sabía si reír, llorar o gritar. Ha sido una emoción muy grande", aseguró la tía del cineasta. Cecilia, de la que se rumorea que podría salir en la próxima película de Almodóvar, aseguró que a su sobrino "desde pequeño se le veía lo listo que era".
 
 

Fuera de su pueblo, toda España se felicitaba por el triunfo del director de Mujeres al borde de un ataque de nervios, hasta el extremo de que el fax de la productora El Deseo se colapsó. Los Reyes, don Juan Carlos y doña Sofía; José María Aznar, Jordi Pujol, Joan Clos y Miguel Ángel Cortés, entre otros, enviaron sendos telegramas al equipo de Todo sobre mi madre.
 
 

También sus compañeros de profesión Carlos Saura, Gonzalo Suárez y Vicente Aranda tuvieron palabras de elogio para el premiado, aunque matizaron en sus declaraciones sus críticas a los premios de la Academia de Hollywood. "No creo en los premios, incluidos los míos", aseguró Saura. "Históricamente, los oscars de Hollywood se otorgan con criterios comerciales. Por eso estos premios no son para hacer reverencias", añadió Aranda.
 
 

Subasta solidaria
 
 

La productora El Deseo subastará todos los artículos de la película Todo sobre mi madre a beneficio de Intermón. Posters, banda sonora, copias del filme y el press book del filme, firmado por Pedro Almodóvar, son algunos de los productos que serán subastados. Las personas interesadas en pujar por los objetos de la película podrán hacerlo a través de la página web de Intermón (www.intermon.org).
 
 

Todo sobre mi madre, la película con la que Almodóvar ha ganado el tercer Oscar en la historia de la cinematografía española, ha recaudado en todo el mundo más de 9.000 millones de pesetas, según fuentes de la productora de Almodóvar. La última película del director manchego ha llevado a las salas a más de dos millones y medio de espectadores en España. 

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