El País Digital
Viernes 
12 noviembre 
1999 - Nº 1288
INTERNACIONAL
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Olivenza, tierra deseada
El ejército portugués no reconoce una parte de la frontera con Badajoz que considera ocupada por España
JAVIER GARCÍA, Lisboa 
En la Europa sin fronteras hay una zona que Portugal añora. El Ejército portugués, siguiendo las instrucciones del Ministerio de Asuntos Exteriores, elude marcar en su carta militar una amplia área de la frontera con Badajoz a causa de una vieja reivindicación lusa: la población de Olivenza es para muchos portugueses un territorio ocupado ilegalmente por España, a la luz de los tratados internacionales.
 
 

El teniente coronel Manuel Couto, uno de los directivos del Instituto Geográfico del Ejército, explicó ayer a este periódico que "la Carta Militar intineraria del Ejército no marca este trozo de frontera (entre el río Caia, junto a Badajoz, y el río Cuncos, cerca de Mourao) al no estar reconocida por las autoridades del Ministerio de Exteriores. España debería haber devuelto esa población y, según el derecho internacional, el caso constituye una ocupación del territorio".
 
 

No obstante, el militar explica que "el Instituto Geográfico del Ejército es un órgano técnico que se rige por las instrucciones de las autoridades políticas del departamento de Exteriores, que nunca nos ha ordenado definir esa frontera; por tanto, es un problema pendiente y aún no resuelto entre los Gobiernos de ambos países. Nosotros no hemos marcado esa frontera en la última Carta Militar, pero lo venimos haciendo así desde 1932, fecha en que fue creado este organismo. Se trata de un vacío que existe entre los dos países".
 
 

Olivenza formó parte del Estado portugués desde 1297, fecha del Tratado de Alcañizes (que dividió las fronteras entre el Reino de Castilla y Portugal), hasta la invasión del país vecino por España y Francia en 1801. Las autoridades lusas consideran que el Tratado de Fontainebleau, de 1807, anuló el de Badajoz, de 1801, por el que Portugal había cedido Olivenza a España, y, de esta forma, el territorio debería haber sido devuelto a la soberanía de Lisboa. Y añaden que España se comprometió en el Tratado de Viena (1817) a devolver la polémica plaza. 

Desde aquellas fechas, la reclamación lusa se ha mantenido con mayor o menor intensidad en función de las relaciones bilaterales. Fuentes del actual Gobierno confirman la validez de esa interpretación, aunque admiten que "el contencioso hace mucho tiempo que dejó de ser una prioridad de la diplomacia portuguesa".
 
 

El embajador y presidente de la comisión internacional fronteriza entre España y Portugal, Júlio Mascarehnas, reconocía recientemente al vespertino A Capital que "el asunto está fuera de la agenda diplomática lusa desde 1919", pero el conflicto persiste "porque Portugal no reconoce la soberanía de España en la margen izquierda del Guadiana desde la confluencia con el río Caia y el Cuncos. España está ocupando un pedazo de Portugal".
 
 

El teniente coronel Couto añade que "marcar un simple trazado por esa zona significaría suponer que la frontera pasa por algún lugar de allí; y eso no es verdad, porque no existe una frontera natural y porque faltan los marcos como alternativa".
 
 

El alcalde de Olivenza desde 1979, el socialista Ramón Rocha, explica: "El contencioso está completamente superado, al menos desde nuestro punto de vista. Ahora que estamos a punto de entrar en el próximo milenio y con la desaparición de las fronteras en la Unión Europea, parece casi anacrónico reivindicar este territorio. Siempre se ha respetado la frontera del río Guadiana, y nadie se puede plantear ahora la entrega de Olivenza".
 
 

Rocha reconoce que, antes de que la democracia fuera restablecida en ambos países, "existía cierta tirantez y algunas presiones para devolver esta plaza, pero desde aquellas fechas las relaciones entre ambos países son estrechísimas y el asunto quedó completamente aparcado, al menos a nivel oficial". Eso sí, "con la excepción", añade, "de algunas organizaciones como la Asociación de Amigos de Olivenza y el Comité de Olivenza Portuguesa, integradas por veteranos militares y sectores de la derecha que aprovechaban cualquier ocasión para reivindicar su soberanía". 

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