La Academia y el
Cervantes se unen para hacer el 'Diccionario de dudas'
El acuerdo de ambas instituciones es el inicio de una amplia colaboración
M. JOSÉ DÍAZ DE TUESTA, Madrid
En esta nueva era de la globalización, ayer se consumó
una gran alianza. Dos instituciones, una joven, el Instituto Cervantes,
y la Real Academia Española (RAE), unidas en el espíritu
de vigilar y expandir el idioma, se han aliado para crear sinergias "al
servicio del español". El proyecto más inmediato y de mayor
envergadura es el Diccionario normativo de dudas de la RAE, las 21 academias
iberoamericanas y el Cervantes. Este diccionario y "un amplio acuerdo programático
futuro" serán financiados por Telefónica.
Rodríguez Lafuente (izqda) y García
de la Concha,
ayer, tras la firma del acuerdo (Efe).
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"Éste es un acuerdo de colaboración trascendental y clave
para la lengua española, y esperemos que se mantenga en el futuro
más allá de las personas". Así anunció ayer
Fernando Rodríguez Lafuente, director del Instituto Cervantes, la
gran alianza entre esta institución, creada en 1991, y la Real Academia
Española (RAE), fundada en 1713. Ayer ambas instituciones firmaron
el primer convenio de colaboración para unir esfuerzos "al servicio
del español", según el director de la RAE, Víctor
García de la Concha.
En ese camino se han encontrado la Academia y el Cervantes. La RAE aporta
su esfuerzo en la defensa de la unidad del español, su gran objetivo,
porque el lema limpia, fija y da esplendor está hoy superado.
"Ya lo dijo en los años cincuenta Dámaso Alonso. Ese lema
está muy bien en el siglo XVIII, pero para el XX y el XXI debe ser
la defensa de la unidad del español", contó García
de la Concha.
El joven Instituto Cervantes contribuye con su encargo de expandir el
español a través de sus 34 centros, repartidos por 23 países.
Una empresa que está dando muy buenos resultados. Según los
datos, "recién sacados del horno", del Anuario del Cervantes, que
se dará a conocer en mayo, la demanda del español en el sistema
educativo francés ya ha superado al inglés, lo que ha producido
el hundimiento de otras lenguas europeas. En EE UU, el gran salto viene
no ya de los hispanohablantes, sino de los anglohablantes, de los cuales
31 millones (el 5%) han elegido el español como segunda lengua.
El primer proyecto en el que se materializará esta unión
será el Diccionario normativo de dudas. El director de la
Academia, Víctor García de la Concha, se esmeró ayer
en no desvelar los detalles ni la fecha de nacimiento de ese gran proyecto
de la RAE y las 21 academias asociadas (19 de habla hispana, más
Filipinas y EE UU). García de la Concha no quiso reventar
la presentación que tendrá lugar en Madrid el próximo
día 8 con todas las academias asociadas de Iberoamérica.
Pocas veces se han encontrado: en 1847, cuando salió la primera
Ortografía, y el año pasado, para la segunda. Este diccionario
y un "amplio acuerdo programático futuro", dijo García de
la Concha, los financiará Telefónica.
La organización del II Congreso Internacional de la Lengua Española,
que se celebrará en Valladolid en octubre de 2001, es el otro acuerdo
firmado ayer, y en el que irán unidos la RAE y el Cervantes. Este
congreso lleva dos asuntos clave: la sociedad de la información
y el español como recurso económico. Contabilizar el volumen
de dinero que mueve el español en el mundo es el gran encargo de
las dos instituciones. Ambas esperan poder presentar el primer estudio
económico en el congreso. |