l País Digital
Sábado
18 abril
1998 - Nº 715

El nuevo primer ministro marroquí quiere que España revise su política sobre Ceuta y Melilla

PEDRO CANALES, Rabat
El nuevo primer ministro de Marruecos, Abderramán Yusufi, invitó ayer a España a «abrir una vía de diálogo y de concertación» entre los dos países para abordar el problema de Ceuta y Melilla «en el marco de la comisión mixta de reflexión» propuesta hace unos años por el rey Has san II. El socialista Yusufi, de 74 años de edad, hizo esta declaración en el discurso de investidura de su Gobierno ante el Parlamento, un discurso marcado por la política de cambio y de democratización que el nuevo Ejecutivo se propone llevar adelante.

El jefe de Gobierno invitó a España a «revisar su posición» sobre lo que en Marruecos se califica de «los presidios ocupados», aludiendo a las ciudades españolas de Ceuta y Melilla. Sin embargo, Yusufi lo hizo con guante blanco, en un tono de invitación al diálogo, lejos de amenazas y presiones, lo que se interpreta como el tono en el que el nuevo Gobierno aborda la próxima cumbre hispano-marroquí de los días 26 y 27 de abril.

La prioridad para el nuevo Gobierno de coalición que preside el socialista Yusufi será «la integridad territorial del país», en cuyo marco situó no sólo el contencioso de Ceuta y Melilla, sino también el del Sáhara occidental. El nuevo Gobierno se compromete a llevar adelante el referéndum resuelto por Naciones Unidas y estima que «todos los saharauis sin excepción» deben participar en el voto.

El primer ministro prometió continuar la democratización de la vida social y política del país y resolver los problemas relativos a los derechos democráticos aún en suspenso. Varias organizaciones no gubernamentales marroquíes, así como diversas asociaciones feministas y profesionales han pedido en los últimos días al Gobierno que libere a los presos políticos que aún quedan en las cárceles del reino, medio centenar según la Liga de Derechos Humanos; que permita la existencia de otros partidos políticos hasta hoy no autorizados; que levante la detención domiciliaria del líder islamista jeque Yasín, y que permita la vuelta del exilio del dirigente de extrema izquierda Abraham Serfaty.

En el terreno económico, Yusufi prometió continuar la política de privatizaciones y facilitar las inversiones nacionales y extranjeras simplificando los procedimientos administrativos y dotando al país de un código de inversiones. El objetivo económico del nuevo Gobierno será «un crecimiento elevado, duradero y generador de empleo», dijo, «disminuyendo la presión fiscal y haciéndola equitativa».

El objetivo económico del nuevo Gobierno es «un crecimiento elevado, duradero y generador de empleo», dijo el primer ministro, al tiempo que anunció una disminución de la presión fiscal, para hacerla más equitativa».

«Claridad en las cuentas y moralidad en los procedimientos», serán los vectores de la nueva política gubernamental.

Yusufi, el primer jefe de Gobierno socialista de Marruecos en 40 años, juró su cargo el pasado 13 de marzo. Este opositor, cuyo regreso al país en abril de 1995 tras 18 meses de exilio abrió las esperanzas de diálogo, ha formado un Gabinete de coalición con las principales formaciones del centro y de la izquierda marroquíes.

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