El País Digital
Miércoles
24 junio
1998 - Nº 782

Un viaje a la infancia del castellano

Tres comunidades crean un itinerario lingüístico de San Millán a Alcalá de Henares

ARANTXA G. DE SOLA, Alcalá
"Como ayutorio de nuestro dueño Christo..." comienza el primer párrafo escrito en castellano. Es la traducción de parte de un sermón de san Agustín anotada junto al texto latino por un monje de San Millán de la Cogolla hace casi mil años. Allí comienza el Camino de la lengua castellana, un recorrido por las vivencias de infancia y juventud del español (del siglo X al XVII) pergeñado por tres comunidades autónomas y seis ayuntamientos. San Millán, Santo Domingo de Silos, Valladolid, Salamanca, Ávila y Alcalá de Henares son los puntos de este periplo.


Jesús Lerena, abad del monasterio
de Yuso (A. G. S).
Las primeras palabras que fueron escritas en castellano forman parte de un diccionario de latín elaborado por los monjes de San Millán en el 964. Es un códice de 300 páginas que durmió olvidado hasta 1997 en la sede madrileña de la Academia de la Historia. "Lo desecharon por su mal latín. Yo y mi hermano Claudio lo estudiamos y descubrimos en él muchas palabras escritas en romance", explica el catedrático de la Universidad de La Rioja Javier García Aturza.

Años después, protegido con un grueso hábito benedictino del frío y la humedad de los muros del monasterio de Yuso, en La Rioja, e inclinado sobre un libro religioso, un monje anotó en los márgenes, al lado de la expresión latina que le resultaba oscura, otra en romance que la tradujera. Luego, fue más allá y tradujo varias líneas completas. Son las Glosas Emilianenses. El visitante podrá sumergirse en el ambiente monacal que abrigó su alumbramiento, pero no podrá verlas: están en la biblioteca de la Academia de Historia. Cerca del monasterio y un siglo después, ya en el XII, nació el primer poeta que rimó en castellano, Gonzalo de Berceo: "Quiero fer una prosa en roman paladino / en qual suele el pueblo fablar a su vecino". Su vida transcurrió entre los monasterios de Yuso y Santo Domingo de Silos.

Glosas Silenses

Tampoco el códice que contiene el penitencial con las 380 Glosas Silenses, anotadas probablemente a finales del siglo XI, está en Santo Domingo. Permanece en el Museo Británico, al que fue a parar tras subastarse en 1875. El Ayuntamiento ha intentado en vano recuperarlo. Incluso pidió donativos para comprarlo, pero no juntó más de 100.000 pesetas. El abad no cree necesario el empeño: "Fueron adquiridas de forma lícita y allí están bien conservadas". Cierto que el turista no podrá ver las glosas, pero a cambio disfrutará de uno de los más bellos claustros románicos y de su ciprés, cantado por los poetas. Entre ellos, por Gerardo Diego: "Enhiesto surtidor de sombra y sueño / que acongojas el cielo con tu lanza..."

De los claustros monacales, el caminante llega a los universitarios, y con ellos a los de la parada más polémica. " Valladolid tenía que estar. Aquí nacieron Zorrilla y Delibes, aquí vivió Cervantes y durante siglos ha tenido fama de ser centro modélico del castellano", afirma el catedrático de la universidad vallisoletana César Hernández. Pero otros catedráticos cuchichearon a lo largo del camino: "Por los mismos motivos, debería estar Sevilla". Y el propio Hernández desmonta su otro argumento: "En eso de que en Valladolid se habla el mejor castellano hay mucho de mito".

Un Lazarillo de Tormes ya crecido y cebado recibió a los peregrinos en Salamanca y los guió, a través de sus monumentos, hasta el huerto de Calixto y Melibea. Esta Ronda de las Leyendas se puede solicitar en la Oficina de Turismo. Para aquellos que quieran caminar sobre las huellas de escritores pretéritos, el Ayuntamiento ha enhebrado mediante un recital nocturno las residencias de todos ellos. Es La ronda de los Poetas, que se celebra en torno al 8 de septiembre. La Universidad conserva cual santuarios las aulas en las que impartieron clases Unamuno o Fray Luis de León y el púlpito desde el que el poeta comenzó en 1576, tras volver de la cárcel, con su "Decíamos ayer..."

Ese mismo año moría otra escritora, santa Teresa de Jesús, lejos de su Ávila natal, la penúltima parada del camino. "Santa Teresa y San Juan empezaron a escribir en el momento justo. Antes el castellano no hubiera estado suficientemente maduro para transmitir tan sutiles sentimientos", asegura María Jesús Manso, estudiosa de ambos místicos.

Pasos cervantinos

Atrás quedan las murallas abulenses y, tras atravesar la sierra de Guadarrama, aparece la ciudad donde Miguel de Cervantes dio sus primeros pasos. El genio es un vecino más de Alcalá de Henares, que en octubre convierte su casco histórico en escenario de teatro y música cervantinos. También en Alcalá se imprimió, en 1492, la Gramática de Antonio de Nebrija, pionera en fijar las normas de una lengua romance.

El viajero dispuesto a recorrer el recién inaugurado Camino de la lengua castellana se enfrenta a 800 kilómetros de carreteras. Los promotores del itinerario han editado una guía, cuyos 60.000 primeros ejemplares distribuirán este verano por agencias de viajes y oficinas de turismo, y pretenden que la ruta entre en los circuitos de las agencias. Como mínimo, para no fallecer de sobredosis monumental y hartazgo de datos, se precisa una semana para completar el periplo.

Hay que tener en cuenta que incluye tres enclaves, San Millán, Salamanca y Ávila, declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y un cuarto, Alcalá de Henares, que lo ha solicitado. El propio camino está en la lista de candidaturas que el Gobierno defenderá en los próximos diez años.

Esta iniciativa turística reforzará los pasos ya iniciados para convertir el castellano en un motor económico. Por las Universidades de Alcalá de Henares, Salamanca y Valladolid pasan cada año más de 8.000 estudiantes de español para extranjeros, una enseñanza que mueve alrededor de 190.000 millones de pesetas anuales.

Viva la lengua

R. CANTALAPIEDRA



Lengua es palabra de doble filo, o más. Asiento principal del sentido del gusto, órgano musculoso, húmedo y procaz, la lengua es también el modo de hablar de un pueblo. Lo sublime y lo perdulario se fusionan en este término: don Pablos se junta con san Juan de la Cruz, encuentran a Cervantes y a la Celestina y le dan a la húmeda en torno a una marmita de patatas revolconas regadas con caldos inefables. Y de postre, yemas de santa Teresa, suspiros de monja, huevillos de abad, café, aguardiente, celtas cortos, teta de novicia y alitas de querubín.

Cuando están en plena sobremesa, llega el cardenal Cisneros y les increpa: "Estos son mis poderes". A continuación, les pone un vídeo promocional del Camino de la Lengua, ruta que va mucho más allá del turismo: es un camino para viajeros sosegados, un sibaritismo para los amantes de la palabra y el cordero asado. San Millán de la Cogolla es un monumento al mestizaje. Porque el castellano es una fusión del latín con el román paladino del pueblo. Las Glosas Emilianenses son el primer documento escrito donde irrumpen a la vez el castellano y el vasco. Es decir, Cervantes nació en Alcalá, pero es casi seguro que fue engendrado en la Cogolla.

Y luego, Silos, Valladolid, Salamanca, Ávila, Alcalá de Henares. Emociones muy fuertes, porque llega uno al final del trayecto embriagado de fray Luis, los místicos, Villarroel, mozárabe, románico, gótico, Renacimiento, pimientos rellenos, aguardiente, gregoriano, jotas de taberna y éxtasis.

El Camino de la Lengua demuestra que nuestra lengua está viva y que la gente habla, come y bebe mejor de lo que suponen los académicos.

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