El País Digital
Domingo
12 abril
1998 - Nº 709

Cada dos días se abrió un cine durante 1997

La mayoría de las nuevas salas se concentran en las periferias de las grandes ciudades

MIGUEL ÁNGEL VILLENA, Madrid
Durante los años setenta y ochenta raro era el día en que no cerraba sus puertas una, y a veces varias, sala de cine en España. La película italiana Cinema paradiso, dirigida por Giusseppe Tornatore, contó magistralmente el fin de una época, entre lágrimas de espectadores que lloraban a un lado y a otro de la pantalla en toda Europa. Pero la tendencia se ha invertido en España, como en otros países, en los últimos tiempos.


Gente en una cola a la salida de unos
multicines madrileños (C. Álvarez).
Aupados por la proliferación de centros comerciales y de ocio, y empujados por el regreso de la juventud a la magia de la sala oscura, los exhibidores han reconvertido el sector a base de multicines. 180 salas se abrieron en España durante el pasado año, una cada dos días.

El fenómeno resulta tan imparable que algunos expertos ya hablan de indicios de saturación y de que se está extendiendo de la periferia de las grandes urbes a las pequeñas ciudades. «El objetivo ahora pasa por recuperar los cines en los pueblos, tras atender las demandas crecientes de las capitales y de sus áreas metropolitanas», señala Rafael Romero, presidente de la Federación de Exhibidores de Cine.

Casos como el de Córdoba, que ha pasado en tan sólo una década de 10 salas de cine a 40, o como el de Burgos, que dispone desde hace poco de 27 pantallas para una población de unos 160.000 habitantes, demuestran bien a las claras que el parque de salas cinematográficas español se sitúa entre los más modernos de Europa, después de haber sido víctima de un largo declive que parecía irreversible.

El número de salas de exhibición cinematográfica con actividad ha pasado de las 2.354 existentes en 1996 a las 2.530 el pasado año, según los datos oficiales difundidos hace unos días.

Nuevas circunstancias

«Pese a tratarse de un sector conservador, lo cierto es que los exhibidores españoles han sabido adaptarse a las nuevas circunstancias y modernizar las salas, crear multicines y presentar una oferta de películas más amplia que antes», comenta Enrique González Macho, propietario de varios complejos de salas de cine en una docena de ciudades y ganador del Premio Nacional de Cinematografía, por sus actividades creadoras y promotoras en este sector de la industria del espectáculo, correspondiente al pasado año.

Con las monumentales salas de los centros urbanos como vestigios del pasado, el 67% de los cines inaugurados el pasado año está radicado fuera de las capitales de provincia, la mayor parte en complejos comerciales situados en la periferia de grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla. Por comunidades autónomas, Andalucía ha figurado a la cabeza en esta fiebre de cine con 52 pantallas nuevas, seguida de la de Madrid con 32, la Comunidad Valenciana con 29 y Cataluña con 22.

El director del Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales (ICAA) del Ministerio de Educación y Cultura, José María Otero, señala que el notable incremento de espectadores en los últimos años se halla en el origen de la apertura de tantas salas. «Ir al cine», comenta, «ha vuelto a convertirse en un acto social, la gente habla de las películas, las recomienda... Han confluido además dos tendencias que son, por una parte, el clamoroso éxito de algunos filmes de Estados Unidos, estilo Titanic, y por otra parte, la recuperación de un público juvenil por parte de directores españoles, como Alejandro Amenábar, Juanma Bajo Ulloa o Santiago Segura. Algo más de 100 millones de entradas de cine se vendieron el pasado año».

Sin embargo, González Macho advierte de los riesgos de un excesivo triunfalismo cuando afirma: «El Gobierno no dispone de una política audiovisual y funciona a golpe de parches, de medidas concretas, pero sin tener en cuenta la planificación. El cine no responde sólo a factores económicos, sino también a necesidades culturales. Por eso debe fomentarse la especialización de salas, la atención al cine español y al europeo o de otros países que no sean Estados Unidos. Siempre olvidamos que Pedro Almodóvar ha hecho más por la imagen de España que las Olimpiadas de Barcelona o la Expo de Sevilla conjuntamente».

En cualquier caso, el fenómeno de moda en los próximos tiempos serán los cines multiplex, un concepto de centros de ocio elaborado por los estadounidenses, donde todo gira en torno al cine, desde la iconografía hasta los menús de los restaurantes. Pero este desembarco del american way of life amenaza la supervivencia de salas veteranas, sobre todo en las áreas metropolitanas. En esta línea, tres grandes multinacionales de EE UU tienen previsto inaugurar otros tantos complejos multiplex en Majadahonda, Las Rozas y la Ciudad de la Imagen, en los alrededores de Madrid.

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