El País Digital
Viernes
1 mayo
1998 - Nº 728

Comienza en Madrid el Festimad, la gran cita del rock alternativo

DIEGO A. MANRIQUE, Madrid
A partir de las nueve de la mañana de hoy se abren las puertas del parque El Soto, en Móstoles, sede, como en años anteriores, del evento más multitudinario del Festival Independiente de Madrid, Festimad. La música en vivo, que comienza a la una de la tarde y durará hasta las tres de la madrugada del domingo, tiene como principales protagonistas a Dover, The Offspring, The Crampos, Massive Attack y Motörhead. El festival cuenta, asimismo, con representantes británicos del sonido techno y una nutrida embajada del rock latino que se hace al otro lado del Atlántico.


Uno de los escenarios de Festimad,
ayer durante su montaje (S. Burgos).
Según piensan algunos cínicos de la industria de la música, en un festival al aire libre lo de menos es el cartel. Lo que importa es la oportunidad de chospar sobre la hierba, desmadrarse fuera de la vigilancia de padres y adultos, sentirse parte de una multitud diferente.

Hasta cierto punto. Los paganos pueden utilizar la música como excusa, pero también requieren que su aventura campestre sea amenizada por figuras centelleantes, artistas en la cresta de la ola o nombres de leyenda. Y el reproche al presente Festimad es que apenas incluye ese tipo de artistas. Massive Attack carece del relumbrón necesario o la capacidad para disparar la adrenalina. Dover está en la cumbre, pero prácticamente todos los interesados han tenido oportunidades de verlos. Hay pegas similares para casi todos los que tienen que pasar por el escenario principal.

Los organizadores ofrecen respuestas para esas objeciones. Según ellos, los grupos estrella a los que tantearon -Pearl Jam, Metallica, Marilyn Manson- no estaban disponibles: la temporada europea de festivales comienza en verano. Y también lanzan argumentos ad hoc basados en la filosofía alternativa de Festimad: «Vamos por delante de la industria, presentando grupos como los berlineses Atari Teenage Riot, cuyos discos todavía no tienen distribución aquí». Una valoración en la que coinciden famosos aficionados como Fermín Muguruza, que actúa en Móstoles con el grupo Dut y un espectáculo teatral: «Cuando salga del escenario grande iré a brincar con los Atari o con Asian Dub Foundation».

Ciertamente, el inmenso menú de Festimad ofrece abundantes platos para connoisseurs. El rock desgalichado de G. Love & Special Sauce, la hirsuta tropa de Alabama 3, las propuestas techno de británicos tipo Lo-Fidelity, Allstars o Bentley Rhythm Ace. Festimad mantiene el pabellón de las guitarras estridentes, pero se ha ido abriendo a los ritmos digitales, aunque muchos proyectos de este tipo carezcan de eficacia escénica.

El rockismo de Festimad es tan descarado como comprensible: «Hay muchos festivales en España dedicados al flamenco, al folk, al blues, al jazz, a la world music. Nosotros tenemos un carácter más juvenil y más rockero». La organización asume que el público del rock merece tantos cuidados como cualquier otro y la infraestructura del parque de Móstoles ha mejorado, tras asimilar las experiencias de años anteriores y extraer enseñanzas de otros festivales europeos que han visitado. A la vez se han incrementado las medidas de seguridad para evitar los coladeros de otras ediciones.

Como ya es habitual, la oferta de Festimad se complementará con una zona de skate, un mercadillo y diversos puestos de comidas que van desde lo exótico a lo tradicional: esos tenderetes de feriantes itinerantes cuyos altavoces atruenan con Radio Olé aunque sus clientes lleven pelos de colores y piercing hasta en las cejas.

La ola latina

En 1998, Festimad ha desenvainado el lema de Primero lo nuestro. Felizmente, eso incluye a un buen número de representantes de ese pujante movimiento llamado rock latino. Desde Argentina llega Illya Kuryaki & Los Valderrama más Suárez. México presenta los dos grupos revelación de la presente temporada, Molotov y Plastilina Mosh. Los recién llegados compartirán escenario con bravos adalides europeos del mestizaje callejero como Amparanoia, Color Humano o Sargento García.

La única decepción es la espantada de Fabulosos Cadillacs, el conjunto bonaerense que está ahora mismo en un pináculo de creatividad sonora y literaria. El mal sabor de boca queda compensado por la categoría de los sustitutos, el poderoso grupo azteca Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio.

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