El País Digital
Jueves
10 septiembre
1998 - Nº 860

 Las 225 personas más ricas del mundo poseen tanto como un 47% de la humanidad

La ONU confirma que aumentan las diferencias sociales, pero también registra progresos

GABRIELA CAÑAS, Madrid
La ONU cumple cada año la ingrata tarea de decirle al mundo cuál es la situación de los habitantes del planeta. Y el extenso informe de 1998, que no pretende ser "apocalíptico", confirma el proceso de concentración de la riqueza. Los 225 personajes más ricos acumulan una riqueza equivalente a la que tienen los 2.500 millones de habitantes más pobres (el 47% de la población), según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). En el informe de hace sólo dos años se debían sumar las fortunas de 358 multimillonarios para llegar a un monto similar.
  
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Las desigualdades alcanzan niveles de escalofrío: "Las tres personas más ricas del mundo tienen activos que superan el PIB (Producto Interior Bruto) combinado de los 48 países menos adelantados" (Véase la lista completa de 174 países).

 

El PIB de China, el país más poblado del mundo con 1.300 millones de habitantes, lo supera la riqueza conjunta de 84 de los 225 millonarios citados.

 

Pero los informes de la ONU no se limitan a hablar de dinero. Se centran en la calidad de vida de los ciudadanos del planeta y ésta se mide fundamentalmente también por los niveles de educación y de acceso a la sanidad. Son parámetros todos ellos en los que el planeta ha mejorado notablemente. "Más gente se alimenta y alberga mejor que nunca antes", explica el informe. "El nivel de vida ha aumentado hasta permitir que cientos de millones de personas disfruten de vivienda con agua fría y caliente, calefacción y electricidad, transporte hacia y desde el trabajo, con tiempo para la recreación y los deportes, vacaciones y otras actividades más allá de lo que cabría haber imaginado al comienzo de este siglo".

 

Educación y agua

 

Dos de las mejoras que más han favorecido el progreso general es el mayor acceso a la educación y al agua potable.

 

Un dato espectacular avala la impresión global de una clara mejora: el gasto del consumo privado y público llega a los 24 billones de dólares, el doble del nivel de 1975 y seis veces el de 1950. El problema del consumo, como el de la calidad de vida y la riqueza, es que no está bien repartido. Fernando Zumbado, director regional para América Latina del PNUD y ex ministro de Vivienda de Costa Rica, lo explicaba ayer en Madrid con un ejemplo contundente: "Un niño de un país industrializado va a consumir en toda su vida lo que consumen 50 niños en un país en desarrollo".

 

En los últimos 36 años la esperanza de vida al nacer ha aumentado en los países en desarrollo de 46 a 62 años. Pero mientras en Asia oriental y América Latina y el Caribe lograron una esperanza de vida cercana a los 70 años, en el África subsahariana sigue siendo de sólo 50 años. La tasa de alfabetización ha mejorado también notablemente en 25 años creciendo del 48% al 70% en los países en desarrollo. Pero esas desigualdades no se producen sólo por áreas geográficas. El listado que cada año elabora el PNUD sobre el índice de desarrollo humano evidencia que las naciones más ricas casi coinciden con las que deparan una mejor calidad de vida a sus ciudadanos. América del Norte, Europa y Australia se sitúan, en general, a la cabeza. Pero el reparto interno tanto en esos países privilegiados como en los que ocupan las peores situaciones tampoco es equitativo. Una legión de desfavorecidos sigue perdiendo el tren cada día; aunque vivan en Nueva York. El caso más llamativo es precisamente el del país más rico del mundo, EE UU, que ocupa el último lugar de pobreza de los 17 países industrializados por el analfabetismo funcional.

Una información subversiva

EL PAÍS, Madrid
Dada la decreciente influencia de la ONU en el concierto mundial, su directivo Fernando Zumbado se consolaba ayer presentando el informe mundial de desarrollo humano como una "información subversiva". Que Estados Unidos es el país que más contamina con sus emisiones de gases de efecto invernadero resulta un dato más que conocido, especialmente desde la celebración de la cumbre de Kyoto, el pasado año. Ahora el PNUD se limita a situar al lado el precio de la gasolina. El resultado: los países que más barato venden este combustible son los que más dióxido de carbono emiten a la atmósfera, que es de todos. La conclusión a la que llega Zumbado consiste en que hay que terminar con los "subsidios perversos". Como indica el informe, los consumidores deberían conocer mejor los costos y consecuencias de sus opciones de consumo. "Es evidente que ningún candidato a la presidencia de EE UU puede incluir en su programa el aumento de los impuestos en la gasolina", dice Zumbado, "pero es importante conocer que el precio del combustible introduce diferencia".

 

Está demostrado que los impuestos sobre la energía han contribuido a reducir las emisiones del dióxido de carbono en algunos sectores industriales en más del 20% desde 1991, recuerda el informe. El gravamen en el Reino Unido es un doble subsidio para las energías renovables, y los ecoimpuestos han sido un éxito en Suecia.

 

De subversivo podría calificarse el listado con el cálculo de lo que costaría dotar de enseñanza básica a todos, y que muestra que EE UU gasta más en cosméticos (véanse los gráficos reproducidos). Tampoco es inocente el análisis de lo que se consume, por ejemplo, en publicidad. "El gasto anual mundial en publicidad ha aumentado un 700% desde 1950 y supera ahora el ritmo de crecimiento de la economía mundial en un tercio", dice el PNUD. Hay países que se han lanzado vorazmente a la publicidad, como China, Indonesia e India, pero el dato más sorprendente es el que asegura que Colombia ocupa el primer lugar en el gasto de publicidad en relación con su ingreso nacional. Tanto Colombia como la República de Corea y Venezuela gastan en publicidad un porcentaje del PIB superior al de Estados Unidos, país que ocupa el primer lugar en términos absolutos.

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