El País Digital
Domingo
6 septiembre
1998 - Nº 856

120.000 personas murieron víctimas de la violencia en Colombia entre 1994 y 1996

El Defensor del Pueblo revela que se produjeron 8.000 secuestros y 1.200 desapariciones

PILAR LOZANO, Bogotá
En sólo tres años, los comprendidos entre 1994 y 1996, 120.000 colombianos murieron víctimas de la violencia. Esta escalofriante cifra fue dada ayer a conocer por la defensoría del pueblo al revelar al Congreso su quinto informe sobre derechos humanos. El estudio deja en claro que el país va de mal en peor. En 1995 se registraron 139 matanzas; dos años después la cifra se había elevado a 288 y en los primeros seis meses del presente año se ha contabilizado 98. Sumando los asesinatos colectivos, ocurridos a largo de cuatro años, la cifra llega a 708.

La realidad es tan grave que el diario El Espectador, medio que obtuvo de antemano este informe, no dudó en titular en primera página "Colombia, imperio de la violencia". Se dieron a conocer también cifras sobre el secuestro: 8.000 en seis años. En este mismo periodo 1.200 personas fueron víctimas de la desaparición forzada.

"Lo que muestra ese informe es que todo el mundo está pensando en la guerra y ésta cada vez se hace más dinámica. Seguirá escalando hasta que alguien -ya sea del bando de los combatientes o de quienes facilitan los medios para la contienda- decida pararla", dijo a este periódico Camilo Castellanos, director de Ilsa, organización de derechos humanos.

Los jóvenes son los protagonistas de esta guerra, refleja el informe de la defensoría. Son los que más mueren y también los que más combaten. Se calcula que entre el 60% y el 70% de los guerrilleros están por debajo de los 25 años, casi la mitad de los integrantes de los grupos de paramilitares están también bajo este límite de edad.

Sangrienta tarea

El estudio, al igual que todos los que se han hecho sobre derechos humanos, señalan como principal agente violento a los paramilitares. En los últimos años están dedicados a las sangrienta tarea de limpiar al país de guerrilla y de todo lo que huela a comunismo. Ellos son los culpables de la mayoría de las matanzas, y los culpables también del mayor número de casos de desplazamiento forzado.

Según la defensoría del pueblo la cifra de colombianos que han tenido que abandonar todo a causa de la guerra pasa de 1.200.000. El 35% de esas personas han llegado a engrosar los cinturones de miseria en Bogotá. Quienes han estudiado a fondo este problema, aseguran que diariamente llegan a esta capital dos o tres familias campesinas que huyen del horror que se vive en la zona rural por la disputa territorial entre paramilitares y guerrilla.

En lo que va de este año han tenido que huir más de 148.000 familias. Actualmente, más de 5.000 campesinos están concentrados en el puerto petrolero de Barrancabermeja, eje de la conflictiva zona del Magdalena Medio, en el centro del país. Huyen de la violencia paramilitar, empeñada en desterrar a la insurgencia del sur de la provincia de Bolívar. Ayer sábado la situación se complicó. Las negociaciones con el Gobierno para lograr un retorno llegaron a punto muerto. Los desplazados tomaron la alcaldía y otras dependencias oficiales y el Gobierno ordenó una mayor militarización de la zona.

El informe presentado al Congreso habla de la impunidad como acicate del crecimiento desbordado de la violencia y hace referencia al deterioro paulatino de las formas de lucha. Advierte también sobre el preocupante fortalecimiento de formas civiles de vinculación al conflicto armado y señala al narcotráfico. "El mapa político del enfrentamiento armado en Colombia sería comprensible si no fuera porque el narcotráfico, que ha atravesado toda la sociedad, también ha tocado a los actores del conflicto", asegura.

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