El País Digital
Martes
5 mayo
1998 - Nº 732

Restaurado el mimbar de la Kutubiyya, obra maestra del arte islámico cordobés

FRANCISCO CALVO SERRALLER,
El mimbar de la mezquita Kutubiyya, una de las obras capitales del arte islámico, se exhibe desde el pasado 29 abril en la ciudad de Marraquech. La pieza ha sido sometida a una delicada y complejísima labor de restauración, dirigida por los especialistas del Museo Metropolitano de Nueva York y en la que también han intervenido especialistas y artesanos marroquíes. La obra, una pieza monumental en madera, puede ser ahora contemplada en una sala acomodada especificamente para ella en el palacio Badià.


El mimbar de la Kutubiyya,
tras su restauración.
Se trata de un importantísimo acontecimiento cultural en sí, pero que tiene una especial importancia para la historia de nuestro país, pues el mimbar o cátedra fue realizado en la Córdoba musulmana entre el 1137 y el 1145, y se considera como una de las obras maestras del arte del siglo XII. Esta cátedra o púlpito fue encargada por el último sultán almorávide, Alí ibn Yufuf, para su mezquita en Marraquech y sobrevivió a la destrucción de ésta, en 1147, a manos de los almohades, lo que demuestra el extraordinario aprecio que ya entonces despertó esta bellísima y frágil pieza.

Creo que nos hallamos ante una operación ejemplar, que honra al Museo Metropolitano de Nueva York y que abre una vía muy diferente a la de la sistemática expoliación de bienes culturales de otros pueblos por parte de Occidente. Hay que tener en cuenta que toda esta operación de estudio y restauración no se ha llevado a cabo como contraprestación a una cesión temporal, que, en el caso del mimbar de la Kutubiyya, era, en principio, impensable. Hay que desear que este ejemplo cunda y que nuestro país también participe en estas operaciones, sobre todo cuando se trata de obras procedentes del riquísimo legado histórico-artístico de la civilización hispano-árabe, como es el caso del mimbar cordobés ahora celebrado.

Monumento en madera

La explicación de esta intervención in situ ha sido razonada por Philippe de Montebello, director del Museo Metropolitano de Nueva York, aludiendo a dos factores: el primero, referido obviamente a la excepcional importancia histórica y religiosa del mimbar en sí, así como a su extraordinario valor artístico, siendo como es uno de los pocos casos conocidos de trabajo monumental en madera en el mundo musulmán medieval; el segundo, porque se gestionó infructuosamente su préstamo -el estado de la pieza lo desanconsejó- con ocasión de la inolvidable muestra que el propio Museo Metropolitano organizó en Granada el año 1992, con el título Al-Ándalus: el arte islámico español, proyecto en el que la intervención de Mahrukh Tarapor, directora adjunta para exposiciones del Metropolitano, fue decisiva, como lo ha sido también ahora en el asunto de la restauración y exhibición pública permanente del mimbar.

El mimbar de la Kutubiyya responde a un prototipo, el de una estructura triangular en madera, que se eleva en forma de escalera estrecha hasta llegar a una silla o cátedra, con unas medidas de 3,86 metros de altura; 3,46 metros de profundidad y 87 centímetros de largo. Se trata, como los púlpitos cristianos, de un lugar para la predicación, aunque el predicador nunca se sienta en la cátedra -reservado simbólicamente al profeta Mahoma-, sino en los peldaños inferiores. El mimbar cordobés destaca por su excepcional ornamentación, cuya bellísima taracea se convirtió en un modelo muy influyente en el renacimiento occidental.

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