Tita era el último eslabón de
una cadena de cocineras que desde la época
prehispánica se habían transmitido
los secretos de la cocina de generación en generación y estaba
considerada como la mejor exponente de este maravilloso arte, el
arte culinario. Por tanto su nombramiento como ocinera oficial del
rancho fue muy bien recibido por todo el mundo. Tita aceptó el cargo
con agrado, a pesar de la pena que sentía por la ausencia de Nacha.
Esta lamentable muerte tenía a Tita
en un estado de depresión muy grande. Nacha, al morir, la había
dejado muy sola. Era como si hubiera muerto su verdadera madre.
Pedro, tratando de ayudarla a salir adelante,
pensó que sería un buen detalle llevarle un ramo de rosas
al cumplir su primer año como cocinera del rancho. Pero Rosaura
- que esperaba su primer hijo - no opinó lo mismo, y en cuanto lo
vio entrar con el ramo en las manos y dárselo a Tita en vez de a
ella, abandonó la sala presa de un ataque de llanto.
Preguntas
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